«Este Málaga es un quiero y no puedo, del césped a los despachos»

Sin ninguna duda la nefasta planificación deportiva de Manolo Gaspar sigue siendo un lastre más que significativo para este Málaga CF. Lo es pese a los ímprobos esfuerzos de Pepe Mel para ordenar a un plantel descompensado y mermado en su confianza hasta límites inesperados. Porque este equipo es un quiero y no puedo en lo deportivo y un club desastroso en su desorden jerárquico.

Una entidad que está en manos de unos responsables cuya mediocridad es absoluta, sólo superada por su nivel de insolencia y osadía pese a su nula experiencia para ocupar esas responsabilidades. El club malaguista se ha convertido en una suerte de Virreyes y gobernadores enchufados por estos, para amedrentar a todo persona que dentro del club se atreva a poner en cuestión sus torpes decisiones.

Al final, como suele ocurrir, ya lo decía un ilustre expresidente del RCD Espanyol: “cuando en la zona noble hay un resfriado, en el vestuario termina por producirse una pulmonía”. En el caso que nos ocupa es ya una neumonía bilateral en avanzado estado por la de temporadas que la zona noble malacitana lleva en gripe permanente.

Unos llegaron a sus cargos porque de la noche a la mañana se encontraron en ellos por decisión de una jueza y el administrador judicial nombrado tras un auto de intervención judicial. Otros, enchufados por los primeros para crear una especie de guardia pretoriana alrededor de cada teórico Mariscal de campo. Sea como fuere el resultado de todo ello es un Málaga al borde del descenso en lo deportivo la temporada pasada y colista de la Liga Smartbank en estos momentos.

Con un plantel de nombres más que de hombres a los que volvió locos con sus planteamientos futbolísticos Pablo Adrián Guede, ya cesado u obligado a dimitir, según las distintas versiones. Los futbolistas son un quiero y no puedo incluso cuando hacen méritos para obtener un mejor resultado. 

Es sencillo, no tienen la confianza necesaria en sí mismos y la teórica calidad que se le supone parece haberse ido en algunos de ellos con el paso de las temporadas. Mel va a precisar de algo más que un milagro para recomponer a este vestuario y de refuerzos más que necesarios. Llegados a este punto conviene que José María Muñoz, administrador judicial del club, sea asesorado por alguien distinto a Manolo Gaspar y su dichosa Cueva.

Pepe Mel, ya sabe lo que hay. Ni las decisivas Intervenciones de Manolo Reina, extraordinario ayer, ni el fallo de juvenil de Jozabed en boca de gol, sirvieron para lograr la primera victoria en La Rosaleda. Ayer el equipo defendió bien pero no supo atacar en casi ningún momento y fue superado muy claramente por el Andorra en el segundo tiempo. Al final reparto de puntos y gracias, una vez más.

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.

AJ Merchán durante un programa de Radio Marca