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La base de la mejora malaguista ha estado en la defensa. El conjunto de Martiricos ha pasado de encajar doce goles en seis jornadas, una media de dos por choque, a trece en quince partidos, menos de un tanto por encuentro. Pepe Mel se ha disfrazado de arquitecto para reinventar una defensa que ha sufrido las mismas o más bajas que en la era de Pablo Guede. El madrileño ha llegado a no contar con Moussa, Juande, Bustinza y Ramalho a la vez. Una misión imposible de la que Pepe Mel ha salido con vida gracias a un arma secreta, las paradas de Rubén Yáñez. El meta ha levantado las miradas de toda Segunda y Primera.
El Málaga consiguió ante el Alavés su victoria más completa del curso. Lo hizo con Ramalho de lateral derecho en el puesto de un Juanfran Moreno que ha pasado a ser un cero a la izquierda para Pepe Mel. Como centrales, solo Esteban Burgos contaba como titular en agosto cuando se cerró el mercado. Acompañándolo está Escassi, que partía como teórico suplente de N’Diaye en el puesto de pivote. En el carril izquierdo, Mel solo tiene una solución después de la lesión de Víctor Olmo y el nefasto fichaje de Lumor.
Lo que no tenía Guede y sí ha tenido Mel es confianza en Rubén Yáñez. El meta madrileño puede ser perfectamente de los porteros más en forma de la categoría de plata. El nuevo portero titular blanquiazul es el cuarto de LaLiga SmartBank que más paradas promedia. Según los datos de BeSoccer Pro, el guardameta malacitano ha conseguido que por primera vez en todo el curso el Málaga tenga menos goles encajados que los que se espera por choque. Además, Yáñez ha conseguido duplicar las paradas de Manolo Reina justo en la mitad de las jornadas disputadas. Una sorpresa para todos, ya que el portero de Villanueva del Trabuco era el supuesto titular indiscutible a principios de temporada. Las paradas de Rubén Yáñez elevan a este Málaga.