«Todos ustedes han traicionado a la afición, al club y a la ciudad»

Si el entrenador Pepe Mel, 17 puntos logrados de 51 puntos disputados, no ha dimitido ya de su cargo, está tardando en hacerlo. Cuando se produce un incendio en una casa y se llama a un bombero para extinguirlo, se busca que apague el fuego, no que lo propague al edificio de enfrente. Mel está en ese camino y no tiene sentido que siga intentando lo que es evidente que no va a conseguir a la vista de la situación. Manolo Gaspar, director deportivo, un incompetente absoluto que configuró una plantilla descompensada con la inestimable colaboración de Pablo Adrián Guede, la lamentable “CUEVA” y el clan de El Palo. ¡DIMISIÓN!, o despido ya.

No se conoce a ningún pirómano, metafóricamente hablando, que ayude a extinguir un incendio que él mismo provocase. Para mí no puede tener continuidad alguna en la entidad malaguista, porque esa posibilidad sería un escarnio al club costasoleño y a su afición. Ana Vera, directora general de vaya usted a saber, pero la que manda en el club malacitano por obra y gracia de su superior directo, está causando un daño irreparable a la entidad malacitana en diferentes áreas.

Hay mil ejemplos para demostrar su ineptitud e incapacidad para las responsabilidades que ostenta pero no se pierdan ustedes sus preguntas ayer a Esteban Burgos al término del encuentro. Dan grima, la verdad y debería ser cesada de inmediato. Y, aunque hay otros protagonistas menores, quedan los dos principales.

JOSÉ MARÍA MUÑOZ, ADMINISTRADOR JUDICIAL, RESPONSABLE PRINCIPAL DE LA TRAICIÓN A LA AFICIÓN, AL CLUB, A LA CIUDAD Y A LAS INSTITUCIONES.

Su gestión económica, dando más de medio millón de euros de pérdidas en el ejercicio económico del año pasado, se califica de nefasta por sí sola. Este Málaga  es el que más apoyo económico ha tenido de la LFP con el préstamo del Fondo de Inversión y de las instituciones, que aportaron dinero como nunca tuvo este club en su historia. Ha maltratado a los pequeños accionistas, que son quienes con su abogado a la cabeza, Paco Valverde, presentaron la demanda penal contra Abdullah Bin Nasser Al-Thani que permitió que la jueza le designara en un cargo más que bien retribuido.

Les ha negado las acciones a aquellos malaguistas que de corazón apoyaron la ampliación de capital del expresidente Fernando Sanz para favorecer a Al-Thani y, de paso, tratar de perjudicar a Jamal Satli Iglesias. Ha engañado a la afición vendiéndole un proyecto de playoff de ascenso y no ha cesado a ningún responsable de la hecatombe de la pasada temporada, donde nos salvamos por el demérito de los rivales. Y ha faltado el respeto a las instituciones y sus máximos responsables, cuando les prometió un proyecto ilusionante para solicitarles una mayor apuesta económica de patrocinio y con el paso de la temporada todo ha sido un fiasco. Con ello, el señor Muñoz también ha engañado a la ciudad de Málaga y a su provincia.

Pero todo este dislate sería imposible sin la colaboración necesaria de la Jueza María de los Ángeles Ruiz González, del Juzgado de Instrucción número 14 de Málaga. Porque más allá del retraso en sus decisiones y recursos de todas las partes implicadas contra varias de las adoptadas por José María Muñoz, el simple hecho de mantener en su cargo con el desastre de gestión de éste la pasada temporada y la que está cayendo en la actual, define la inoperancia de su Señoría.

Entre esta señora jueza y el administrador judicial están condenando al Málaga CF a su desaparición y serán los MÁXIMOS RESPONSABLES de la segunda desaparición de la  entidad malaguista en su historia sino son capaces de corregir el rumbo actual. O mejor dicho, si la jueza no prescinde de Muñoz y nombra de inmediato a una persona cualificada para estas lides y que sea capaz de darle un giro de 180 grados a esta vergonzosa, ignominiosa e injustificable situación.

Sí, señora jueza, porque es del todo injustificable que cuando la ciudad de Málaga y su provincia son el referente nacional e internacional más de moda en ESPAÑA, el club de fútbol que representa a la misma, se arrastre por esos campos de Dios y la gestión del mismo nos avergüence a todos. Cuando pasen los años, si lo peor ocurriese, ignoro cómo todos estos protagonistas, y otros menores pero también responsables de lo que ocurre, serán capaces de pasear con la cabeza alta por las calles de Málaga.

Sea como fuere, todos ustedes han traicionado a la afición, al club y a la ciudad. Por supuesto, que los profesionales que se visten de corto, todos y cada uno de ellos, no pueden librarse en modo alguno de su responsabilidad por un bajo rendimiento alarmante e incomprensible. Algunos han elegido borrarse e incluso irse ahora que caen chuzos de punta, mientras  que otros no acaban de encontrarse. Sin embargo, para bien o para mal son los que tienen que sacarnos de ésta encrucijada.

Así que como malaguista, como accionista y como socio, es mi responsabilidad periodística pedirle a la afición que llene La Rosaleda la próxima jornada en casa y ayude al equipo a ganar al Burgos. Nuestro estadio tiene que ser un bastión de aquí al final de la temporada, a poder ser sin que tengamos que aguantar mucho más tiempo a los culpables de lo que está pasando. El malaguismo tiene escrito en la frente que el descenso a la Primera Federativa es cada día más evidente, aunque todos debemos luchar hasta el final para intentar evitarlo. Que unos y otros tomen nota y que cada palo aguante su vela.

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.

AJ Merchán durante un programa de Radio Marca