Sin autocrítica interna, el ascenso será una quimera

Las frases más tradicionales y recurrentes en el fútbol además de absurdas suelen sonar a excusas. Tanto o más que las que les dábamos a nuestros profesores cuando no entregábamos los deberes a tiempo. Anoche en la sala de prensa del estadio de La Rosaleda parecía que el míster Sergio Pellicer y los futbolistas que atendieron a los medios de comunicación tenían la suya preparada: “Nos ha faltado hacer gol».

Una vez más, como tantas otras veces la temporada pasada, nadie del vestuario hizo el menor ademán de corrección de errores en la rueda de prensa después del partido. Y lo digo ahora que hay tiempo para corregirlo: “sin autocrítica interna el ascenso malaguista será una quimera”.

Pellicer se fue ayer contento del trabajo de sus chicos, según sus propias palabras, explicando el empate en La Rosaleda. Debió ser el único malaguista satisfecho después del encuentro. Cuando lo correcto es que todos los protagonistas que intervinieron anoche ante los medios de comunicación debieron haber reconocido una verdad como un templo: “no hay excusa, es un fracaso absoluto no ganarle al Sanluqueño en La Rosaleda y encima no hacerlo con superioridad numérica casi un cuarto de hora en la segunda mitad”.

Sí, porque el Málaga CF ha entrado en dinámica negativa en su propio estadio, que es justamente el fortín que necesita para ascender, y anoche dio la impresión de que nada de eso preocupaba a los protagonistas. Los blanquiazules fueron incapaces de crear una clara ocasión de gol durante casi un cuarto de hora con uno más sobre el terreno de juego y mostraron una impotencia más que destacable. Pero que quede claro, no fue un problema de actitud sino de aptitud. Este equipo no da más de sí.

Y a la espera estamos de lo esencial, que el director deportivo, Loren Juarros, explique qué piensa hacer para corregir la falta de gol, de creación de juego en el centro del campo, de extremos para poder jugar por las bandas y de uno o dos defensas con jerarquía.

Para ello se deberán renegociar contratos y dar las bajas que sean necesarias para liberar fichas federativas que lo permitan o lograr el objetivo de ascender esta temporada será más que un milagro. Porque la responsabilidad es de Loren Juarros en primera persona sin ningún género de dudas y sino logra resolverlo a tiempo no escapará tampoco de la culpa quien le fichó como tal.

Hay tiempo para corregir y revertir esta situación, harán bien José María Muñoz, administrador judicial del club costasoleño, y sus consejeros consultivos así como el director general, Kike Pérez, en ponerse manos a la obra y no defraudar a los miles de abonados malaguistas que les otorgaron su confianza renovando sus abonos esta temporada. En definitiva no pierdan más el tiempo y solucionen lo que aún está en sus manos antes de que sea irreversible.

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.