«De despropósito en despropósito»

Es doloroso que el club al que sentimos como nuestro esté generando de un tiempo a esta parte, situaciones que nos llevan a poner el listón del despropósito cada vez más bajo. Lo último, esta semana. Despropósito es que la Federación Española de Fútbol anuncie con 48 horas de antelación el cambio de horario del partido contra el Mérida, como también lo es que nadie en el organismo federativo trabaje un día festivo entre semana para resolver situaciones como la que ha afectado al Málaga y al Mérida. Despropósito es el comunicado emitido por el club de La Rosaleda en el que dice “comprender el malestar” de la afición por la medida, para después exponerse como víctima al explicar que la “planificación deportiva” del equipo para el partido también se ha visto afectada.

En este último punto, el que se ha podido ver afectado de verdad, y tampoco vayamos a pensar que fuera un contratiempo insalvable, es el Mérida que tuvo que cambiar su plan de viaje, así como sus aficionados. ¿Nadie cayó cuando se hizo la petición en que, aunque incomprensiblemente, la Federación cierra sus oficias a cal y canto los días festivos?, ¿nadie reparó en que en Madrid eran dos festivos seguidos, para haber hecho la tramitación del cambio horario con anterioridad y no esperar al lunes? Y aquí, además, señalo al club de La Rosaleda y a la subdelegación del Gobierno de nuestra ciudad, porque lo del horario del Unicaja y su coincidencia con el Málaga – Mérida a las 19:00 horas se sabía con tiempo de sobra. No es serio que una categoría como esta, a la que se supone que se le quería dar más realce, esté en manos de ineptos, como lo son también los que desde el Málaga y la subdelegación han gestionado este asunto.

Por último, habrán notado que no he hecho referencia todavía a la afición malaguista que es, a día de hoy, la mejor de España. Y lo afirmo categóricamente porque no ha habido ningún partido en esta maldita Primera Federación en la que el equipo se haya visto solo por todos los campos por los que ha pasado. Además, soporta todos y cada uno de los despropósitos que, año tras año, ya sea desde las oficinas o sobre el césped, se vienen sucediendo. No quiero ni pensar cuantos planes por el Día de la Madre se vinieron al traste por el cambio horario, así como cuántos aficionados no acudieron a las gradas por esta inexplicable decisión. ¡Qué poco importan los aficionados, pero cuánto se le pide a lo largo de la temporada!

Del partido, la tónica del equipo es la misma que rodea al club. Despropósito tras despropósito de los jugadores, su entrenador y dirección de la entidad. Toda la culpa no es de Pellicer, y permítanme repartirla entre el director deportivo, el director general, el administrador, y, finalmente, los que salen al verde que son los jugadores. No es comprensible ver como otra vez más, se regalan los 45 minutos iniciales, la falta de ritmo, de intensidad, de carácter… y ver como llega un cambio de actitud tras el descanso que resulta insuficiente para dar la vuelta a la situación para encadenar otro empate en casa. Lo mínimo que se le debe pedir a los profesionales y más con la responsabilidad que conlleva defender el escudo del Málaga, es actitud. ¿Por qué esa ineptitud y apatía?, ¿por qué se repite una y otra vez esta tendencia reprochable sea quien sea el rival que hay enfrente?

Despropósito tras despropósito este Málaga va deambulando hacia el final de la temporada y, salvo hecatombe, hacia las eliminatorias por el ascenso. Ojalá no quedaran más partidos de liga y empezara ya el ‘play-off’ porque hasta las gradas parecen marcadas por la indiferencia, y esta no es una buena señal. Del administrador absolutista ya hablaré en otro capítulo.

PD: Cruzo los dedos y espero que Ramón, no ya como futbolista sino como persona, supere este nuevo contratiempo.

José Manuel Velasco
Redactor Onda Cero Málaga