0 grados, 0 goles y una misión…

Para un equipo del sur tener que jugar en destinos con el termómetro rondando los 0 grados y con partes del terreno de juego congelado, siempre resulta difícil. En el Plantío, inclemencias meteorológicas al margen, volvimos a ver al Málaga al más puro estilo Sergio Pellicer, es decir, fiable en defensa con un portero que resulta salvador y decisivo, pero al que le cuesta la misma vida generar ocasiones de peligro y materializarlas. Con estos datos es como mejor se explica que el duelo acabara sin goles. 

Los números no mienten, el Málaga es el cuarto equipo que menos goles encaja (18), pero también ostenta esa posición a la hora de conseguirlos (15). Si ya de por sí este equipo se caracteriza por tener la pólvora mojada, con el frío que hizo en tierras burgalesas, la pólvora, obviamente, se quedó congelada.

En Burgos estaba prohibido perder. Este encuentro era el primero de los tres que el equipo debe afrontar esta semana y, ante las estrecheces clasificatorias con la parte baja, y aunque nos encontremos todavía a estas alturas de la temporada, el calificativo de final ya servía para definirlo y también el del miércoles contra el Eldense. Para ganar hay que marcar, y para marcar hay que generar oportunidades y salvo en un par de ocasiones con la firma de David Larrubia y Baturina, el Málaga no llegó con peligro a la portería de un flojo Burgos. La verdad sea dicha, los jugadores aleccionados por Pellicer controlaron el choque, pero con un marcador de empate, cualquier acción aislada o detalle puede decidir el resultado, y si no echemos la vista atrás y recordemos lo que pasó en el último minuto contra el Almería.

Una vez más, el ‘Santo’ Herrrero volvió a ser el mejor del partido con dos acciones salvadoras. Ramón demostró durante la hora que estuvo sobre el césped que tiene fútbol para regalar, y que, de no presentarse contratiempos en forma de lesiones, está llamado a ser un refuerzo de verdad para lo que resta de temporada. Puga junto a los centrales Galilea y Pastor, se mostraron fiables, como lo es Luismi en el centro del campo o Dioni en su briega. En cambio, Larrubia y Lobete fueron de más a menos, y Víctor García sigue generando muchas dudas en el lateral izquierdo. Dejo al margen a Antoñito Cordero. Hace varias semanas reclamé su titularidad, pero no dudaré en decir que, si el nivel que el jerezano muestra en sucesivos envites es el que exhibió en Burgos, se puede ir al banquillo. Lo peor es que quien entró al campo para reemplazarlo, me refiero a Rahmani, sigue lejos de ser el futbolista fiable que esperábamos, lento en sus acciones y hasta despistado en una pérdida de balón que pudo costar muy cara. Por cierto, Baturina dejó un par de detalles para la esperanza con prolongaciones de balón, ganando duelos aéreos con los defensas y hasta logró cabecear un centro que se marchó fuera (espero que no sea un espejismo, y con qué poco nos conformamos)

En conclusión, un empate más, y ya van 12, para alcanzar los 24 puntos a solo dos jornadas para acabar la primera vuelta, y con la obligación de ganar la segunda final de esta semana en La Rosaleda frente al Eldense. El frío y la hora (21:15) no deben ser excusas y la afición debe darse cita en las gradas para empujar a los jugadores en post de los tres puntos. Hay mucho en juego.

Acabo diciendo que se nos va 2024 y la apertura del mercado de fichajes invernal está a la vuelta de la esquina. Ni que decir tiene que la plantilla necesita movimientos tanto de salida como de entradas. Loren Juarros tiene deberes por delante con la obligación de abrir la puerta a jugadores como Juanpe, Castel o Sangalli que poco o nada han aportado (Murillo y Moussa deberían salir para tener minutos en otros detinos), y por otra parte, hay que encontrar futbolistas que vengan a ser refuerzos de verdad para aumentar el nivel de una plantilla larga en cuanto al número de efectivos, pero corta en cuanto a la valía de muchos de ellos. Ya sé que una cosa es el deseo de mejorar el equipo que podamos tener como aficionados, y otra bien distinta la realidad que se dictamine desde los despachos y el poder económico. Como dijo D. Francisco de Quevedo “poderoso caballero es don dinero”

José Manuel Velasco

Redactor Onda Cero Málaga