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@CesarRadioMARCA – Las Palmas | Hay partidos que se quedan grabados a fuego en la memoria, ya sean instantes eufóricos que te motivan o más desagradables, pero que igualmente no dejan de formar parte de la historia de un club.
Con el Unicaja tengo algunos, muchos en realidad, y curiosamente en la mayoría de ellos aparece el Barcelona por medio. Que si el no triple de Ansley en Ciudad Jardín con la Liga en juego; que si el sí triple de Pepe Sánchez para clasificarnos para la Final Four de Atenas; que si aquel que supuso en su día el récord de puntos en 2005 en un choque ACB con 219 entre ambos -y con victoria malagueña en el Palau, 104-115; o el más reciente de las dos prórrogas y el triple final de Abrines para romper definitivamente con su pasado boquerón.
Esta tarde, 19 horas, nos aguarda otro de esos choques entre Unicaja y Barça de los que saltarán chispas en cada enfrentamiento, ya sea en la pintura o en el perímetro. Porque se tienen ganas. Porque está en juego una finalísima de la Copa del Rey. Porque malagueños y barceloneses no saben jugar a otra cosa que no sea buscar el triunfo a base de baloncesto AVE, de alta y vertiginosa velocidad.
Llegan en un buen momento los de Plaza. Son líderes de la ACB, a pesar de lo que quieran vender algunos, y aun con algunos apuros, continúa ganando sus partidos en la competición doméstica. Por si quedaba alguna duda, al Bilbao Basket no le dio opción alguna en el debut copero. Están con confianza los tiradores (13 triples, como el Barça), con un Granger cuyo límite estará en la NBA, y sólo falta una aportación mayor de los pívots, Fran Vázquez aparte.
En el Barça, Pascual y sus chicos se han querido poner la piel de cordero. Pero su poderío es tal que, como bien dice Plaza, si intentas tapar un agujero con ayudas defensivas, te abren otro y te hunden la nave. No está bien Navarro, saliendo de sus últimos problemas físicos. Pero Abrines, Hezonja y Oleson se encuentran de dulce. Les falla todavía Marcelinho, pero en estos partidos se suele crecer. Y en la zona no será porque no tienen torres para aguantar las embestidas.
Argumentos tienen unos y otros para competir con garantías buscando la final de la Copa del Rey, lo que prevé un duelo apasionante. De esos que, quién sabe, volveremos a recordar en el tiempo, esperemos que de manera positiva.
Vasileiadis, en un partido con el Unicaja.