«Bienvenidos a la casa de los líos…»

No debe resultar una sorpresa para el malaguismo lo que estamos viviendo. El Málaga, tras la derrota ante el Córdoba CF, se ha metido de lleno en un lío que le puede llevar a perder la categoría por deméritos propios. Si un equipo, después de 13 partidos en la segunda vuelta solo ha sido capaz de sumar 12 puntos, es lógico que mire al abismo mientras sus más directos rivales dan señales de vida haciendo que el miedo al descenso se instale en La Rosaleda. 

Querido lector, sea usted ‘Bienvenido a la Casa de Los Líos’, consecuencia de los errores que se están cometiendo en todos los estamentos del club. Lío el que tienen los jugadores a los que se les ve, peligrosamente, cada vez menos confiados en el terreno de juego, sensación que va creciendo con el paso de las jornadas. No sé hasta qué punto influirá que el futuro de determinados futbolistas está en el aire por aquello de las renovaciones, o porque a unos cuantos ya se les haya dicho que no van a seguir en la plantilla la próxima temporada. Cuando tu portero pasa de ‘Santo’ a terrenal, y el resto de tus jugadores ya no son capaces de conseguir goles milagrosos, la conclusión es que te acercas al infierno del descenso. La falta de creación sigue siendo una nota predominante de este equipo,  pero sumemos que hay jugadores que cada vez se asemejan más a un ‘engaño de futbolista’. Por muy mal que esté Antoñito Cordero y por más que se vaya a marchar del club, es más futbolista que un Kevin Medina que sigue empeñado en demostrar que es un jugador de salón. De la ínfima calidad de otros futbolistas ya me he explayado en estos Con Rigor desde hace tiempo, incluso durante la temporada pasada en la que se obró el milagro del ascenso contra todo pronóstico. 

Lío el que tiene el técnico, Sergio Pellicer, que sigue dando palos de ciego a la hora de confeccionar una alineación de la que cada vez se entienden menos cosas como la aparición o desaparición de determinados jugadores en la defensa y en el ataque de un partido para otro. Si en el mes de enero se decidió subir a Chupete al primer equipo para que formase un trío de delanteros junto a Dioni y Baturina, queda claro que con el paso de las jornadas para Pellicer este último ha desaparecido. Ahondando en el tema del delantero, lo peor es que Chupete y Dioni disfrutan de pocas ocasiones de gol y, para colmo, no son capaces de hacer que el balón termine en las redes rivales la mayoría de las veces que chutan a puerta. 

Lío, y monumental, el que han montado los señores del triunvirato Muñoz, Pérez y Juarros. No es nuevo lo que voy a decir, pero debo expresarlo porque, como decía mi maestro José María García, ‘el tiempo es ese juez insobornable que da y quita razones’. Pues sí, el tiempo que ha transcurrido desde que acabó el mercado de fichajes en el que se decidió, alegre y temerariamente, no reforzar la plantilla en contra de toda lógica, demuestra que se está llevando al Málaga a una situación de máxima tensión. Repito una vez más que no pudo ser más contraproducente la victoria en El Molinón para cerrar la primera vuelta, porque en las oficinas de La Rosaleda se pensó que con esos tres puntos y al alcanzar los 30 a falta de la disputa de la mitad del campeonato, las cuentas salían de sobra. Pues va a ser que no porque las matemáticas dicen que el equipo desde aquel momento, tras la disputa de 13 partidos solo ha sido capaz de ganar tres, empatar otros tres y perder siete. Estas son las consecuencias de no haber reforzado la plantilla, de haber tomado la postura fácil de dejar pasar el tiempo y confiar en que los demás seguirán fallando, de una cicatería que va a hacer que vivamos la recta final de la temporada haciendo cuentas y rezando a todos los Cristos y Vírgenes de nuestra Semana Santa, para conseguir la permanencia más por lo divino que por lo humano. 

En suma, el Málaga está metido en un lío con un máximo culpable que se llama José María Muñoz, un administrador judicial que alardea en rueda de prensa de su trabajo durante estos cinco años de intervención, calificando al club de “caramelo o dulce” al que “solo le falta soplar”. Sr, Muñoz, tenga cuidado porque, como ya sucedió en la temporada 2022/2023 con el descenso a 1ª RFEF, el caramelo o el dulce se le indigeste, y  ese soplo que usted dice se convierta en un huracán en su contra. Haga caso a la afición y márchese ya del Málaga, acabe junto a la jueza María de los Ángeles Ruíz con el proceso judicial, y dé libertad al club para que pueda crecer y liberarse de esta dictadura. 

José Manuel Velasco

Redactor Onda Cero Málaga