Y se produjo el milagro para el Waterpolo Málaga femenino. Tras nadar y nadar, remontar y remontar, y creer y creer, se consiguió el objetivo de quedarse en Primera División femenina. Con la media de edad más baja de la segunda categoría del waterpolo nacional, el equipo malagueño creyó hasta el final, se antepuso a multitud de dificultades y certificó una permanencia que sabe a gloria.
En la última jornada se alcanzó la carambola que hacía falta, victoria y esperar el pinchazo de alguno de los rivales. Ganando al Colegio Brains, por un contundente y sólido 16-8 en casa, sólo faltaba combinar ese triunfo con la derrota del Ciudad de Alcorcón. Las madrileñas también lucharon hasta el final, con triunfos significativos en las últimas semanas, pero esta vez no pudieron con el Leioa vasco y sucumbieron (11-13). Se cierra la clasificación para el Waterpolo Málaga, eludiendo las dos últimas plazas que desembocaban en el descenso, firmando una trayectoria de lo más meritoria, y soñando con labrar más futuro en la Primera División femenina.
El partido ante el Brains en Inacua quedó enfilado hacia el lado local desde el principio, ya que se clausuró un primer periodo por un claro 6-1. Las jugadoras de Sara Fernández mostraron una gran solidez en defensa y agilidad en ataque, afianzando una ventaja cómoda desde los primeros instantes. El Waterpolo Málaga demostró llevar bien el control del juego y tener más temple y experiencia de lo que dicen las edades de sus jugadoras o el número de campañas en categoría nacional. Así, se cierra un año espectacular, con ganas de seguir aprendiendo y evolucionando. Y, sobre todo, con una gran sonrisa y una mayor fortaleza en el grupo para seguir afrontando retos en el futuro.
El conjunto de Segunda Nacional masculina, que ya llevaba varias semanas con la permanencia certificada, y sin posibilidad de aspirar al ascenso, firmó una victoria de honor en la última jornada oficial del año, venciendo a domicilio el derbi andaluz ante el Dos Hermanas (8-13).
