Ahora más que nunca: Memoria, compromiso y fe

En mis cuarenta años de profesional del periodismo hablado y escrito siempre he sustentado mi ideario en dos cuestiones: la objetividad y con ello la credibilidad. Ambos principios, pese a mis muchos errores y algunos aciertos notables, me han permitido siempre tener una independencia en mi trabajo que no tiene precio y que a estas alturas de mi vida es para mí irrenunciable. Para mi equipo y, sobre todo para mi hija Miriam junto a mi esposa Asun, esos valores son por los que quiero que cuando todo termine se me recuerde.

Esta semana larga que termina me ha obligado a desempolvar la “vieja” promesa que hice cuando era apenas un imberbe y desapareció el CD Málaga: “si depende de mí y puedo evitar que el Málaga CF desaparezca no se repetirá lo que ocurrió en aquella aciaga temporada con el silencio cómplice de muchos medios de comunicación, unida a la indolencia e irresponsabilidad manifiesta del alcalde socialista Pedro Aparicio, q.e.p.d.”.

Y me siento orgulloso de mi equipo en Radio Marca Málaga y nuestra web que usted amable lector está leyendo ahora o ha escuchado desde el viernes de la semana pasada. Juanje Fernández ha sabido plasmar todo aquello que hemos ido hablando por el bien de nuestro club y nuestra ciudad incluyendo sus preguntas en la rueda de prensa de ayer del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre. Tal y como escribí en mi última editorial el bochorno institucional por la renuncia de la sede mundialista para Málaga quedará en los anales para la historia de nuestra ciudad aunque no como muchos quieren venderlo aprovechando que el “Pisuerga pasa por Valladolid”.

LA RAZÓN Y LA SENSATEZ INSTITUCIONAL SE HAN IMPUESTO A LA ILUSIÓN DE UNA CUESTIÓN QUE SE HABÍA VUELTO IMPOSIBLE SIN PERJUDICAR DE FORMA IRREVERSIBLE AL MÁLAGA CF Y AL MALAGUISMO. El papel lo aguanta todo pero el trabajo sobre el terreno es otra cuestión y en esta ocasión ha sido imposible por muchos y variados motivos. Sin ningún género de duda, y así lo he expresado en muchas ocasiones este último año y medio, la ubicación del nuevo estadio en La Rosaleda era un error de base que de cara al futuro no nos debíamos permitir.

Es cierto que el proyecto en sí mismo era brillante en lo inmediato pero entiendo que había ciertas lagunas que lo complicaban demasiado como así ha sido al final, pese a que la FIFA lo aprobó y Málaga ganó su candidatura frente a ciudades poderosas que no pudieron con el acertado trabajo de nuestros representantes políticos de la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial de Málaga y el Ayuntamiento de nuestra ciudad, la falta de previsión de los técnicos de cada área sobre los plazos lo condenaron al fracaso sin remisión.

La primera causa ha sido la poca pericia o habilidad de los técnicos de desarrollo de la obra en las instituciones para advertir a tiempo a los políticos responsables del proyecto de la inviabilidad del mismo en los plazos que exigía FIFA. Y lo que es peor, lo que se ha tardado en tener los informes geotécnicos del terreno para construir la grada de ampliación del estadio de atletismo Ciudad de Málaga, lo  que ha resultado definitivo.

El terreno pantanoso elevaba la cantidad de pivotación del mismo a niveles de una cantidad de metros de profundidad muy elevada, lo que lo hacía inviable en tiempo y forma además de ser demasiado costoso para las tres partes. Ahí se dieron cuenta de que no llegábamos con los plazos de la FIFA. Y lo más grave: “el perjuicio” económico, reputacional, de imagen y de toda índole”, que se iba a cometer con la afición malaguista. Casi 15.000 seguidores blanquiazules no debían  dejar de ver los partidos de su equipo por las obras de La Rosaleda. UNA AUTÉNTICA ABERRACIÓN impropia de una ciudad como Málaga que con casi toda seguridad habría costado la desaparición del club malagueño. Francisco de la Torre ha tenido que dar la cara, concedernos una entrevista en exclusiva y ser él en primera persona quien explicase a sus conciudadanos que estaba ocurriendo. Les puedo decir que el alcalde, su concejal de deportes Borja Vivas, al que le ha tocado un “marrón” que no era suyo, y el responsable de gabinete de alcaldía han trabajado horas y horas para tratar de buscarle una solución viable para no perder la sede mundialista para nuestra ciudad.

Han discutido con los técnicos, tratado de que se entendiesen los imponderables de una y otra obra, estudiado numerosas alternativas, para terminar arrojando la toalla y de ese modos no perjudicar a la afición malaguista. Francisco Salado, presidente de la Diputación Provincial de Málaga, ha estado en una situación similar desde la distancia y al final la conclusión siempre era la misma. “No llegamos y el perjuicio al Málaga CF y al malaguismo es claramente inferior al beneficio”.

Patricia Del Pozo, Consejera de Cultura y Deportes de la Junta de Andalucía, fue incluso más allá reclamando “una parte de la inversión privada para la construcción del nuevo estadio”. La decisión del primer edil malagueño ayer fue la más acertada y razonada posible, sin darse cuenta además ha conseguido que al menos tres generaciones de futuros malaguistas no se queden por el camino porque no ven a su referente jugar en el estadio de La Rosaleda. Lo que sí me parece vergonzoso es que una oposición que ha guardado silencio durante varios días, en la voz de su actual líder socialista, Josele Aguilar, ahora quiera cobrar al contado al Partido Popular y al alcalde, la pérdida de la sede mundialista.

Sobre todo cuando no hace ni tres días que el gobierno socialista de Pedro Sánchez le ha negado a Málaga la sede nacional de CIBERSEGURIDAD. Casi tres décadas de servicio extraordinario de De la Torre para los malagueños, en los que ha transformado la ciudad de Málaga y junto a su equipo de gobierno en cada legislatura la ha llevado a ser la ciudad deseada dentro y fuera de España, no se empañan con oportunismo barato y politiqueo de barra de bar.

Ahora me queda pedirle al alcalde Paco de la Torre que haga lo imposible porque los malagueños y malagueñas cuenten con un nuevo estadio acorde a las necesidades reales de nuestra ciudad lo antes posible. A nuestro alcalde y a las otras dos instituciones aunque reconozco que no será sencillo. Para empezar se debe buscar capital privado para la construcción del nuevo estadio acorde con las necesidades de Málaga.

La nueva normativa de la Unión Europea prohibe que el dinero público financie la construcción de un estadio nuevo sino hay un gran evento internacional que lo justifique de por medio. Pero si se tiene la voluntad y los terrenos para ello es más fácil desarrollarlo, por fortuna Málaga cuenta con ello sin mayor problema.

Es muy importante que los malaguistas sepan que perder el Mundial de Fútbol en Málaga no les deja también sin un estadio nuevo. La comparativa con la ciudad hermana de Sevilla no se sostiene, tres estadios con mucho más aforo que La Rosaleda y La Cartuja totalmente renovada dejan a Málaga  en ese sentido fuera de juego.

Estamos pues también en la encrucijada malaguista que por una parte se ha asegurado su futuro pero por otra los futuros propietarios del club ya no contarán con un estadio nuevo del que disfrutad gratuitamente. ¡MEMORIA, COMPROMISO Y FE!, salió de una tarde de trabajo malaguista entre José María Fernández Mochón, notable consejero en la etapa de Fernando Sanz, y José María Arrabal, ex secretario general de deportes de la Junta de Andalucía.

Con los años la frase se ha convertido en un emblema malaguista. Ayer mi amigo Arrabal, al igual que yo, pero él con más motivo porque el trabajo de su equipo para conseguir que Málaga fuese sede mundialista fue ímprobo, estaba triste aunque comprendía las razones que habían llevado a las instituciones a renunciar ante la FIFA. Como he dicho al principio de mi opinión yo soy amigo de mis amigos, trato de ser objetivo y ver las cosas con perspectiva para tratar de no equivocarme. José María y yo hemos debatido infinidad de veces sobre la idoneidad o no del nuevo estadio en la actual Rosaleda, los dos sabemos que opinábamos de forma distinta.

Sin embargo, ello no significará nunca que yo deje de opinar que Arrabal es un Ferrari y yo un aprendiz de brujo a su lado. Lo que ha demostrado en su trayectoria profesional en el Málaga CF, el Real Madrid, la NBA, la Liga Árabe o como secretario general de deportes en la Consejería de Turismo y Deportes de la Junta de Andalucía es su legado. José María es malaguista por los “cuatro costaos” que decimos en esta bendita tierra que es Málaga y siempre lo será.

El sueño de una Málaga sede de un Mundial de Fútbol lo teníamos todos y a todos se nos ponía una sonrisa de oreja a oreja cuando hablábamos de ello más allá de la discusión de donde debería construirse el nuevo estadio. Al igual que defenderé siempre al mejor alcalde de la historia moderna de Málaga capital,  Paco de la Torre, no dejaré de valorar nunca la visión de negocio y marketing deportivo de Arrabal.

Han sido y probablemente serán días duros, pero aunque la razón y la sensatez para no perjudicar al malaguismo militante se han terminado imponiendo esta vez, que no nos falten nunca a nuestro lado las personas con ilusión e innovadoras que aman a su tierra y a su profesión más que a ellos mismos.

Una vez más agradezco la visión política y de Estado de la ciudad o la provincia de mis buenos amigos Jesús Espino y Javier Gómez, para ellos ha sido y seguirán siendo días de dificultad pero atenuados con la convicción de estar haciendo lo correcto en cada momento. En estas últimas horas de dificultad exasperante quiero destacar la ponderación de Francisco Salado en sus explicaciones de la situación, el ímpetu por defender las razones de la renuncia a la sede mundialista de Patricia Navarro, delegada del gobierno de la Junta de Andalucía, y en general de todos aquellos que han dialogado conmigo para exponerme sus razones y motivaciones de la situación.

Y no debo dejar de destacar la disponibilidad de nuestro alcalde Paco de la Torre para explicarme siempre su visión de las cosas y más en un tema tan significativo como el que nos ocupa.Esta semana larga que termina ha servido para que los más jóvenes de nuestra redacción aprendan en pocos días lo que nunca les enseñaron en la Facultad de Periodismo sobre los periodistas de raza y cómo hay que intentar en lo posible de hacer llegar a los oyentes y a los lectores lo que está ocurriendo y tu opinión al respecto. Entretanto Juanje Fernández se suma al difícil equilibrio de ser periodista y empresario para ir ensañando la complicada “profesión” de padre que le espera ya a la vuelta de la esquina. El malaguismo dormirá tranquilo aunque ese poder de movilización de las últimas horas ya podrían tenerlo para reclamar el final de la intervención judicial que tiene al Málaga CF atado de pies y manos.

¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.