Un pleno oportunista de una oposición inoperante

Cuando pasen los años las últimas tres semanas vividas por la ciudad de Málaga se recordarán con la perspectiva del tiempo y con casi toda probabilidad, sobre todo, si las instituciones cumplen con la construcción del nuevo estadio de fútbol para la capital de la Costa del Sol. Muchos de los que hoy quieren hacer sangre con la renuncia a ser sede del Mundial 2030, nos den la razón a los más sensatos en el futuro.

Mientras tanto hemos de soportar insultos y descalificaciones de la Málaga que nada propone, que siempre se queja a toro pasado y que con casi toda seguridad estaría criticando de igual forma que unos 16.000 abonados del Málaga CF se perdiesen los encuentros de su equipo en directo durante tres temporadas y media como mínimo.

De esta Editorial no espero aplauso alguno, entre otras cosas porque es mi sino, de hecho, nadie de mi equipo recibió, ni yo, durante catorce años de denuncias y críticas a la gestión de Abdullah Bin Nasser Al Thani, ni de sus aduladores, ni de sus críticos, muchos de ellos preocupados más por usurpar el poder del catarí en el club que por los intereses del club malacitano. Por lo tanto voy a ser tan claro como siempre y a escribir “A mi manera” y que salga el sol por Antequera.

Si algo quedó claro ayer tras el pleno en el Ayuntamiento de Málaga es que resultó ser un acto oportunista e inoperante a la vez de Dani Pérez, del PSOE malagueño, así como del resto de la oposición municipal. Pérez y cía tenían una oportunidad de oro para al menos poner contra la pared en algunas cuestiones a Paco de la Torre y al equipo de gobierno municipal, muy en especial a su concejal de deportes Borja Vivas, por cierto, ejerciendo cátedra política en el salón de plenos ayer, máxime si tenemos en cuenta que se ha comido un marrón que no era suyo ni de lejos.

Sin embargo, la oposición municipal decidido enfangar la sesión de ayer en clave electoralista sin sentido de ESTADO de la ciudad y fue incapaz de proponer ni una sola alternativa a la renuncia como sede mundialista de Málaga. Ni un proyecto alternativo urbanístico para la construcción del nuevo estadio en el plazo de tiempo que la FIFA obligaba a terminar las obras para no perder la sede ya
otorgada. Ni una mínima solución para que 16.000 abonados malaguistas pudiesen ver al club de sus amores en el estadio de atletismo u otro las próximas tres temporadas y media a partir de la 2026-2027.

Ni una sola propuesta para pedirle al ministro del ramo correspondiente que solucione los problemas de movilidad y evacuación de la zona del Martín Carpena en el carril de gestión del gobierno de la nación cuya servidumbre les pertenece. Así que fue sencillo y fácil para el mejor alcalde de la capital de la Costa del Sol los últimos veinticinco años explicar los motivos de la renuncia a ser sede del Mundial sin mayores aprietos.

Pero es que además contó De la Torre con un Borja Vivas, magistral en su intervención desarbolando con argumentos y datos estadísticos las críticas de la oposición mientras iba diseccionando todos los motivos principales que han propiciado la renuncia de las tres instituciones a que Málaga sea sede mundialista en esta ocasión. Se pueden escribir casi cuatro páginas de periódico no digital para justificar la decisión del gobierno municipal  del Partido Popular, sin embargo sólo hay una forma de decirlo: “Frente al bochorno institucional inicial aparente, sensatez, altura de miras y acierto absoluto en la decisión final adoptada”.

Altura de miras, sobre todo, si se tiene en cuenta que construir el nuevo estadio de La Rosaleda sólo para el Mundial 2030 suponía renunciar al aforo que Málaga y el malaguismo van a necesitar de aquí a dos décadas como mucho. Además de dejar al malaguismo y quienes nos visiten en la misma situación de clara incomodidad para ir a ver al Málaga CF los próximos veinte años como mínimo.

Como he escrito ya en otras ocasiones las grandes obras para una ciudad deben de construirse pensando en nuestros nietos y sus hijos sin dejar de lado a los que la disfrutamos en el presente aunque con el paso de los años dejemos de ser la prioridad. La construcción del nuevo estadio de La Rosaleda, sea donde sea, es necesaria para la capital costasoleña por muchos y variados motivos.

De todos ellos el más importante representa desde ya el compromiso de las instituciones a construirlo tomándoles la palabra dada ayer por el alcalde en el pleno. Dar ahora una fecha y donde se construirá sería tan precipitado como lo fue aceptar la sede mundialista sin tener en cuenta los hándicap de esa decisión. Si todo va como explicó el primer edil del consistorio malagueño ayer, la ciudad de Málaga tendrá un nuevo estadio de fútbol acorde a las necesidades presentes y futuras que demanda la ciudadanía malagueña y el malaguismo militante.

Nada hace pensar lo contrario teniendo en cuenta las grandes obras que De la Torre y sus equipos de gobierno han realizado para colocar a la capital de la Costa del Sol en lugar de crecimiento y prestigio que hoy ocupa. La FIFA y la RFEF han agradecido a las instituciones malagueñas que la renuncia a ser sede mundialista se comunicase a tiempo y sin dañar la imagen de la marca España para la cita de 2030.

Ello nos asegura que se contará con nuestra ciudad para futuras citas futbolísticas de carácter internacional en un futuro cuando tengamos el estadio homologado para tales acontecimientos deportivos. A ver si para cuando todo comience de nuevo hay ya una propiedad en el Málaga CF y se encuentra también la inversión privada correspondiente que ayude a sufragar una obra de las dimensiones que el nuevo estadio necesita.

EL TIEMPO ES JUEZ INSOBORNABLE y el que a largo plazo da y quita razones.

BORJA VIVAS escribió ayer, ante una oposición decepcionante, la primera página de su particular libro en la política municipal malagueña de forma magistral, lo deseable es que sea la primera de muchas.

¡MEMORIA,  COMPROMISO Y FE!, sobre todo esto último.