El Unicaja volvió a demostrar su carácter competitivo en Singapur al conquistar, por segunda edición consecutiva, la Copa Intercontinental de la FIBA y ser el campeón. Pese a un inicio titubeante ante el físico y la intensidad del G-League United, el conjunto malagueño supo reponerse con paciencia, defensa y acierto en los momentos clave para acabar imponiéndose por 71-61 y levantar un título que confirma el gran momento histórico del equipo de Ibon Navarro. El vitoriano suma su séptimo título con el cuadro del Martín Carpena.
Vino el partido complicado para el Unicaja desde el inicio. El parcial de 0-10 del combinado de G-League pilló por sorpresa al equipo del Martín Carpena. Jamarion Sharp era el abanderado de la anotación estadounidense. El juego de los malagueños estaba encorsetado. El rival no dejaba correr a los malacitanos y se aplicaba bien en defensa rozando las faltas en casi todas las acciones. Unicaja estaba nervioso y se notaba. El partido pedía paciencia y tranquilidad y eso era lo que le faltaba a los cajistas, sobre todo en ataque. Feron Hunt y Jaden Shackelford lideraron el juego del cuadro de la NBA y el Unicaja apenas pudo hacer once puntos en un primer cuarto para olvidar en el que se marchó diez abajo, 11-21.
El Unicaja fue capaz de arranca el segundo cuarto con un parcial de 5-0 que vino a demostrar que el paso por los banquillos haba sentado bien a los cajistas. Sin embargo, Jaden Shackelford seguía con su exhibición y volvía a dar los diez de ventaja al equipo norteamericano. Ibon Navarro pedía intensidad a los suyos en el rebote y en defensa, pero el verdadero problema del club de Los Guindos estaba en el ataque. Cuando el Unicaja podía correr el partido iba por otro camino. Otro triple de Kalinoski volvió a acercar a los malagueños en el marcador. Con sufrimiento y disciplina, el Unicaja se metió poco a poco en el partido en el ecuador del segundo acto. Los árbitros comenzaron a pasar menos la mano al equipo de la G-League y a base de tiros libres el Unicaja se acercó más y más. Boeheim anotó de tres para dejar al G-League United 33-36 por delante al descanso.
El acercamiento del Unicaja en el marcador se confirmó con remontada tras el paso por los vestuarios. Kilian Tillie y Kendrick Perry comandaron un parcial de nueve a cero que dio la vuelta al marcador y dejó roto el espíritu de lucha de los norteamericanos. El choque estaba controlado y los buenos minutos de Tillie dieron al Unicaja la tranquilidad que le había faltado en los primeros veinte minutos de choque. La defensa de Balcerowski como estandarte funcionó y después de siete minutos el G-League United sólo había anotado dos puntos. Los estadounidenses empezaron a dejar espacios atrás y el Unicaja se gustaba corriendo. Kalinoski anotaba desde su casa y al final del tercer cuarto era el Unicaja el que llevaba más de diez de renta, por 56-41.
El Unicaja volvió a entrar algo frío a los últimos diez minutos de partido. El cuadro malagueño jugó un poco con la renta que había cosechado en el tramo final del tercer cuarto. Kalinoski fue quien encontró de nuevo el camino de la anotación para los de la capital de la Costa del Sol. El último cuarto tenía poco ritmo. Muchos parones arbitrales frenaron un poco el ir y venir del partido. El Unicaja era claro dominador y los de Ibon Navarro echaron un poco el freno para dosificar esfuerzos. En los últimos tres minutos de partido no pasó nada. El Unicaja renunció a sus dos últimos ataques quedando casi un minuto por delante. Al final, se impuso la lógica y el Unicaja ganó por 71-61 revalidando su título de campeón de la Copa Intercontinental de la FIBA.