
Samuel Molina: «El boxeo fue mi refugio»
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Feliz y sonriente llegaba Samuel Molina a una nueva cita de ‘El deporte va por barrios’, el proyecto social y deportivo organizado por la Asociación de Periodistas Deportivos de Málaga y que cuenta con la colaboración de Fundación ”la Caixa” a través de CaixaBank, que este miércoles 24 de septiembre llegó hasta las puertas del comedor social Ángeles Malagueños de la Noche con un encuentro titulado ‘La esencia de lo invisible’, en relación al apodo del púgil malagueño y a la situación metafórica de ‘invisibles’ de los usuarios del comedor, a quienes fue destinada la charla. Se abrió en canal a las primeras de cambio, dejando claro que los golpes que te da la vida hay que recogerlos en forma de aprendizaje. Desde el primer momento, el púgil malagueño hablaba a corazón abierto, afirmando que “para mí lo fácil era echarme a la calle porque era lo que veía a mi alrededor.
Mi padre era alcohólico, mis hermanos también, y mi madre tenía que pedir en Cáritas cada día porque no teníamos un plato encima de la mesa para comer”. Desgarrador relato de un Samuel Molina que se sinceró ante los casi 100 asistentes a esta nueva charla, la mayoría usuarios del comedor a la espera de recibir su almuerzo diario, afirmando además que, en el seno de una familia completamente desestructurada, “vivíamos en muchas ocasiones sin luz y sin agua, no teníamos ni lo mínimo. No tuve una infancia como la mayoría de niños”.
Su vida no fue sencilla. Rodeado de malas influencias, muchos de sus amigos también cayeron en la mala vida hasta el punto de que “nadie entendía que yo cogiera el camino del deporte. Me decían que me iba a quedar loco de tanto entrenar, pero no tenía muchas más alternativas. Me quedé prácticamente solo, aislado, y me refugié en el boxeo”. Probó algunos deportes, entre ellos el fútbol, pero cuando llegó el ring a su vida “comprendí que este deporte es noble y respetuoso, muy lejos de lo que se ve en las películas donde está muy focalizada la sangre, la agresividad… Fue mi refugio, lo que me sacó de la calle para convertirse en una inspiración y una motivación diaria”. Tras visitar ya catorce barrios y lugares vulnerables de Málaga, esta vez el proyecto se acercó al corazón de Málaga y contó con la presencia, entre otros, de Yolanda Solero, responsable de Acción Social de Caixabank en Andalucía Oriental; Miguel Mayorga, gerente de Málaga Deportiva; Pablo Orellana Smith, Concejal del Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Málaga; el cómico malagueño Tomás García; y una amplia representación de Ángeles Malagueños de la Noche, entre los que se encontraban su presidente, José Bravo; el secretario, Adolfo Aldana; la tesorera, voluntaria y socia protectora, Montse Vélez; y muchos de sus voluntarios, que no quisieron perderse ni un detalle. Tanto en el deporte como en la vida hay sinsabores, situaciones que no puedes controlar y que no salen como uno espera.
Es la esencia de la vida y Samuel Molina aseguraba que “cuando caes una vez la solución no es tirar la toalla y darlo todo por perdido. Al revés, hay que ser fuerte, da igual el ámbito que sea, hay que mirar hacia el frente y seguir peleando por tus sueños y por esos objetivos que te has marcado. Con una sonrisa todo se lleva mejor”. De sonrisas también sabe mucho el cómico malagueño Tomás García, quien hizo un paréntesis en sus obligaciones para subir al escenario y gritar a los cuatro vientos que “los invisibles también merecen reír. Las risas son universales y hasta en esos momentos en los que no ves salida… la risa cura”.
