José María Muñoz, teórico “presidente” del Málaga CF y administrador judicial del club en la intervención más larga de la historia por obra y gracia de la jueza, su señoría María Ángeles Ruíz —esta última tan responsable o más de la ruina del club—, nos está usted condenando a regresar a la Primera Federativa. Es de esperar que adopte usted alguna decisión de calado para variar el rumbo del club de Martiricos, si no quiere que la grada vuelva a corear su nombre, y no precisamente para vitorearlo. Sí, porque el club, estando intervenido como está, no puede crecer económicamente ni competir en igualdad de condiciones con los demás clubes de la categoría, mientras los dos máximos responsables de la intervención judicial siguen mirando para otro lado.
Sin embargo, no son los dos responsables de lo que está ocurriendo en la parcela deportiva, salvo por su gestión. “Los pequeños detalles”, Sergio Pellicer dixit, nos van a condenar al descenso si el señor Muñoz no toma decisiones drásticas de una santa vez. No puedo pedirle que cuente con el director deportivo, Loren Juarros, porque ya ha demostrado en varias ocasiones su incapacidad para realizar bien su trabajo pese a la responsabilidad que ostenta. Tampoco puedo pedirle nada al director general, Kike Pérez, porque solo hace aquello que usted le ordena, por lo que es absurdo reclamarle nada.
Así que dejen de poner excusas por las lesiones, que son muchas, sí, pero no justifican las cuatro derrotas consecutivas y el empate cedido con ventaja de dos goles en casa frente al Granada CF. Los blanquiazules cayeron ayer a puestos de descenso, sumando un punto de quince posibles en las últimas cinco jornadas; números de alerta roja total, que, tal y como se encuentra el equipo, tiene pinta de poder ser 1/18, y veremos a ver si no es 1/21. Los dos próximos rivales serán el líder, Deportivo de La Coruña, y el CD Leganés en Butarque. La cuestión no puede tener peor pinta.
Un teórico “presidente” ya habría cesado al entrenador, que, por otra parte, no deja de quejarse de todo lo que ocurre en el club, y es obvio que ha perdido el control del vestuario. El equipo de la capital de la Costa del Sol está hundido, con encefalograma plano y sin dar muestras de la más mínima reacción vital. Frente al Racing de Santander, cuando jugó de forma aceptable, no le dio para lograr más que un empate a cero goles, y cuando fue inferior, fue barrido del terreno de juego.
En estas circunstancias, tanto Pellicer como Juarros deberían ser cesados de sus cargos, pero eso no pasará porque, si no, Muñoz perdería sus dos escudos más valiosos para que la grada no la pague con él, al menos de momento. Ni la ciudad de Málaga, ni la afición malaguista, ni el club se merecen pasar por otra situación de descenso de categoría como ya se vivió hace tres temporadas. Resulta ignominioso que, en lugar de construir un equipo que luche por el ascenso, de nuevo se planificase uno para evitar el descenso y a rezar.
Ignoro si Muñoz y todo el staff que lo rodea son conscientes de ello, pero si los malaguistas vuelven a perder los dos encuentros que jugarán en las próximas dos jornadas, se convertirán en el primer candidato serio al descenso. Por supuesto, todo el mundo se puede quedar de brazos cruzados y esperar a que llueva café en el campo, pero los milagros no ocurren todas las temporadas ni suelen repetirse con asiduidad. Defendemos mal, no tenemos juego de creación y no le hacemos un gol al arco iris, por lo que alguna medida se debería tomar desde la zona noble del club antes de que sea tarde para ello.
¡Memoria, Compromiso y Fe! Sobre todo esto último.