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@JuanjeFernandez || El Málaga encara la recta final preparatoria de un partido que está tomando tintes de examen importante para los blanquiazules. La derrota en Gijón ha abierto algunas heridas que parecieron cerrarse tras los tres puntos obtenidos, con justicia, ante el Deportivo de La Coruña. Gracia no ha bajado el pistón e incluso el mismo lunes tras la derrota los malaguistas se machacaron en el Ciudad de Málaga. Tras la sesión de ayer, donde predominó el trabajo físico, hoy ha aparecido algo más el balón. El técnico navarro sigue obsesionado con que sus jugadores sepan gestionar con más rapidez las jugadas ofensivas. La lentitud de las piezas del centro del campo está provocando que no lleguen balones con cierto peligro a los jugadores de banda y delanteros, los encargados de hacer daño y goles en el equipo de Martiricos.
Ignacio Camacho fue una vez más la ausencia más destacada de los blanquiazules que volvieron a perder al maño en el partido del domingo en El Molinón, en el que sufrió una rotura muscular en la inserción del tendón isquiotibial de la pierna izquierda y que le tendrá KO hasta el mes de diciembre. La baja novedosa ha sido la de Miguel Torres que no se ha podido ejercitar por una pequeña contractura en el isquio de su pierna izquierda, molestias que según informan desde el club no deberían hacerle perderse el choque ante el Betis.
Flávio Ferreira, Amrabat y Santa Cruz siguieron su proceso de recuperación en el gimnasio, mientras que la cantera estuvo presente con Alberto López, Aarón y Pablo Fornals han trabajado con el primer equipo. El Málaga alargará su semana de trabajo hasta el mismo sábado, pero será mañana viernes cuando los malaguistas encaren el último entrenamiento exigente antes de facilitar la convocatoria del partido.
Miguel Torres fue baja en la sesión // Jennifer Lozano