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@SuarezRMarca | Con su habitual media sonrisa y con los nervios del que debuta en un cargo de enorme responsabilidad. Así ha comenzado a explicar Francesc Arnau el nuevo proyecto que ha asumido como director deportivo del Málaga, con un discurso estudiado en el que se ha acordado de su padrino en los despachos, a quien ha acompañado al frente de la Academia desde que colgó las botas. Manel Casanova también formará parte, como mano derecha, de esta nueva etapa en la que Arnau será la cabeza visible.
Tragando en ocasiones saliva en esa exposición inicial, ha ido encontrándose más cómodo con el paso de los minutos, afianzado en el camino que ha iniciado, convencido de que el trabajo no ha hecho más que comenzar y de que, a pesar de las urgencias del equipo y de la cercanía del mercado invernal, los pasos iniciales están más que dados.
Nunca ha sido amigo Arnau de aparecer demasiado en los medios. Ahora le toca también aprender a lidiar con ello, acostumbrarse de nuevo a estar apuntado con los focos continuamente. Su primer examen lo tiene en apenas dos semanas, cuando se abra el mercado y luche con otros muchos equipos por los pocos mirlos blancos que aparecerán en el escaparate. Y cruenta será la batalla también para dar salida a aquellos futbolistas que no han dado el nivel necesario para continuar en el Málaga.
Con el apoyo de Casanova, de David Vizcaíno y de Pepe Calderón, con el beneplácito de Gracia, el Málaga necesita que Arnau dé con la tecla.
Francesc Arnau