Compartir esta publicación
@SuarezRMarca | Pocas cosas le han podido escocer más a Abdullah Bin Nasser Al Thani desde que regresó a Málaga que lo que pudo comprobar ayer en primera persona, que un entrenador en el que había confiado incluso cuando el equipo era colista, le dijera que no iba a seguir, que prefería marcharse a otro club con mejor proyecto deportivo y con mayores perspectivas económicas.
Es el primer gran revés que recibe el jeque en estas últimas semanas de máxima implicación, incluso por encima de los pitos que recibió por parte de la afición al saltar al césped en la última jornada. Al Thani ha podido comprobar cómo en el fútbol las cosas no son tan sencillas como parecen, y que no todo es cuestión sentimental sino que el dinero mueve montañas.
Su primera reacción fue la de publicar un tweet con la imagen de un león, su animal fetiche, y el mensaje "pensando ya en el futuro". Pero la realidad es que le costó digerir que alguien, su entrenador, le dejara a pesar de su apoyo incondicional. Fue una especie de bautismo negociador en el que estuvo presente pero en el que pudo comprobar que si quiere retener a sus mejores piezas no sólo sirve con palabras y buenas intenciones. Hay que poner dinero para que lo mejor esté por llegar en el Málaga. O por lo menos, un proyecto ambicioso de verdad, con hechos, con realidades. De lo contrario, la salida de Javi Gracia puede no ser la única.
Aun así, y una vez recuperado del golpe anímico, Al Thani se despidió de Gracia deseándole lo mejor y dejándole las puertas abiertas para un futuro regreso al club.
Al Thani y Gracia comparten espacio sobre el césped de La Rosaleda || Jennifer Lozano