@RadioMarcaMLG || Francis Alonso se proclamó el pasado domingo Campeón de Europa Sub20 y fue incluido en el quinteto ideal. Malagueño, con el baloncesto en la sangre, cumple su segundo año en Estados Unidos. Agradece todas las muestras de cariño que ha recibido estos días y reconoce que sueña con vestir del Unicaja en el futuro.
– Malagueño, capitán de la Selección Española campeona de Europa Sub20 y Quinteto ideal. No suena nada mal
Ahora mismo estoy en el proceso de creérmelo. El ser campeones de Europa cuando estás cerrando una etapa en la Selección Sub20 era un sueño inalcanzable… Ahora, con una generación que no ha tenido tanto protagonismo como otras, terminar así hace que me sienta muy orgulloso de todos los compañeros. Increíble el grupo que hemos hecho, desde Juan Orenga al último jugador o técnico.
– Cuéntanos cómo has vivido el campeonato
Era uno de los 4 veteranos del equipo. Orenga nos dio muchísima confianza, solucionando problemas en el grupo que en el pasado nos había impedido llegar al máximo de nuestras posibilidades. Juan ha conseguido que muchos de nostros demos un paso adelante, gracias a los técnicos hemos conseguido alcanzar esta medalla. Comenzamos el torneo ganando a Francia en el último segundo con triple de Marc García. Depués caímos en la prórroga ante Finlandia, que contaba con el pabellón lleno a su favor. Tras estos encuentros nos dimos cuenta que había una igualdad máxima y que no podíamos relajarnos en ningún momento, ni un segundo. Creo que estos partidos fueron claves para el resto del torneo. Nos dimos cuenta que jugando unidos podíamos superar las dificultades.
– Al llegar a los cruces diste un importante paso adelante
Llevaba partidos sin acierto en el tiro, e intenté al inicio del torneo encontrar a mis compañeros mejor colocados, porque además hay talento de sobra en ellos. Al llegar cuartos es verdad que anoté más, la pelota quiso entrar. Me sentí más cómodo para los siguientes partidos y creo que las canastas aparecieron en el mejor momento posible.
– Y una final de ensueño…
Todavía tengo que ver la final detenidamente. Tengo imágenes de momentos, sobre todo del inicio del partido, cómo nos mentalizamos desde antes de entrar en el vestuario. Nuestras caras transmitían que estábamos completamente metidos en el trabajo que cada uno debía hacer. En el momento pensé que estábamos repitiendo lo mismo que habíamos hecho ante Israel, último partido del grupo en el que creo que tuvimos el cambio de mentalidad, empezamos a creer en nosotros como equipo.
– En la final, dio tiempo para que Orenga hiciese jugar a todos. Un gustazo saborear
así un oro europeo.
Hubo compañeros que no tuvieron tantos minutos, pero han sido claves, tanto los 5 ó 10 minutos que salían a pista, como por el trabajo en el banquillo, el hotel… En los momentos finales cuando Juan nos cambió y les dio entrada a algunos que no habían jugado tanto fue un disfrute increíble. Llegué al banquillo, me senté y sólo sabía negar con la cabeza, incluso cuando llegué al podio todavía estaba sin creérmelo.
– Eras uno de los veteranos de la plantilla, capitán y levantando la Copa de Campeón de Europa. ¡Vaya experiencia!
Estar en la Selección Española, ser capitán y encima que el equipo llegue hasta donde hemos llegado… Hay veces que sueñas con conseguir cosas así, pero jamás pensaba que podía llegar a convertirse en realidad. Levantar la Copa de Campeón de Europa.
-Encima rematas con el quinteto ideal
Eso lo he conseguido porque he tenido unos compañeros y unos técnicos increíbles. Este año me he centrado en crear buen rollo, sabía que juntos podíamos hacer cosas importantes. Cuando me nombraron fue un grandísimo orgullo, pero eso es anecdótico, porque si lo he conseguido es por el trabajo de todos.
– Esa imagen levantando la copa ¿Tienes ya pared en casa para colgarla?
Todavía no, pero la encontraré seguro (risas). La medalla sí tiene ya su sitio en mi pared donde tengo los galardones que he ido consiguiendo con los equipos y selecciones de cantera. También conseguí quedarme con el balón, y no fue fácil. Antes del partido ya había pensado en coger una red o algún recuerdo. Cuando terminó me quedé en el banquillo emocionado, no me podía creer nada de lo que estaba ocurriendo y, de repente, me acordé de cortar la red. Mis compañeros ya estaban en las canastas haciéndolo, pero cuando volví la cabeza hacia la mesa de anotadores vi el balón en el suelo, sólo. Salí corriendo hacia él y lo cogí. Durante la ceremonia me lo guardó el delegado y ahora ya está en casa firmado por todos mis compañeros, técnicos y fisios. Un recuerdo que no tiene precio.
– Desde pequeño el baloncesto está en tu vida. El esfuerzo trae cosas como este oro.
Muy pocos jugadores pueden decir que son campeones de Europa, creo que soy un privilegiado. Lo que me ha pasado, como te comenté antes, es como un sueño. Mil veces he soñado mientras estás en la cama con un momento así y realmente no lo pensaba como algo real. Ahora todo el trabajo hecho durante años en Los Guindos, en estos dos años en Estados Unidos e incluso este verano con técnicos como Chiki Gil, han dado sus frutos. Pero sólo es un momento, que será una experiencia inolvidable.
– Y por supuesto tu padre
Claro. No hace falta ni nombrarlo porque él siempre está ahí. Desde siempre nos ha inculcado que trabajar en lo que más te gusta es lo más bonito que te puede ocurrir. Yo estoy trabajando en ello, siempre centrado en mis estudios, pero con el gusanillo del baloncesto como protagonista.
– Llegar a Málaga y ver a tus padres y familia en la estación
¡Montaron una! (Risas) No me suelen gustar las celebraciones, pero encontrarme allí a todos, con una pancarta que hizo mi hermana. Fue algo inolvidable y muy gracioso. Son muchos sacrificios los que se hacen para poder saborear momentos como esos. Ahora toca disfrutar de la familia y estar con ellos.
– Imagino que muchos mensajes todos estos días ¿el más especial?
Mucha gente que incluso no conozco me felicitaba. Me decían que era un ejemplo y sólo les podía decir que soy un joven que está estudiando en una universidad y que juega a baloncesto. Gracias a todos por apoyarnos, por seguirnos por televisión.
– ¿La oportunidad de Estados Unidos te ha hecho madurar más rápidamente?
Creo que sí e incluso mis padres me lo han dicho. Llevó allí ya dos años, el primero fue complicado, en una ciudad como Boston, con 24 bajo cero muchos días, fue un cambio muy radical y sin contar con tu familia. Esos momentos de soledad y dificultad (incluso me lesioné) te hacen ser más fuerte para afrontar las cosas. El segundo año ya en la Universidad de Greensboro en Carolina del Norte ha sido mucho más positivo. El clima es más parecido al de Málaga y el baloncesto se vive con una intensidad increíble en todo el estado, en el que hay muchas universidades entre las que hay gran rivalidad. Jugar por ejemplo en la pista de North Carolina, con la camiseta de Jordan presidiendo el partido con 20.000 personas… ¡Una pasada!
– ¿Qué objetivos te marcas para esta próxima temporada en Estados Unidos?
Todavía tengo 3 años por delante, estoy estudiando una carrera parecida a INEF, pero igual podría cambiar hacia una carrera tipo económicas, que me pueda servir en España de cara al futuro. En cuanto al baloncesto, quiero seguir progresando y a nivel colectivo nos encantaría alcanzar el "March Madness". Desde que pasara por allí Kyle Hines (actual CSKA Moscú) no se ha conseguido y sería un bonito reto para este año. Creo que este año tenemos equipo como para luchar por ello. Además, viviremos algunos juntos y seguro que ayuda a hacer equipo. Yo tendré de compañero en el apartamento a un chico que jugó en el CBA de Canarias y al sobrino de Michael Jordan, que este año se incorpora al equipo.
– ¿Un ídolo?
Sin duda, mi padre. Él me ha enseñado a ser constante y trabajador. Fue muy especial para mí cuando hablé tras la final y me dijo que estaba muy orgulloso de mí, por el sacrificio y trabajo hecho durante el año y en verano antes del Campeonato.
– ¿Y un jugador a seguir?
Ahora mismo Stephen Curry es un modelo por todo, por revolucionar de alguna manera la forma de jugar.
– ¿Un sueño?
Me encantaría poder vivir del baloncesto, sería mi deseo. El sueño, poder hacerlo vistiendo del Unicaja en el Carpena con el dorsal número 10.