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El 25 de octubre de 2025 quedará grabado como una fecha muy especial en la carrera de Silvia Arderius. La central madrileña del Costa del Sol Málaga volvió a disputar un partido oficial más de 500 días después, en el encuentro ante el Zonzamas Plus Car Lanzarote en el Pabellón Pérez Canca. Su regreso, cargado de emoción, fue también su primera aparición como madre, con su hija Sofía presente en la grada.
Arderius, una de las jugadoras más queridas por la afición malagueña, reconoció que el momento de saltar a la pista fue difícil de contener: «Fue un momento muy emocionante cuando salté al campo, sólo se me saltaban las lágrimas. Pensaba: ‘no te pongas a llorar, que estás en el partido’», confesó entre sonrisas.
Durante su entrevista con los medios del club, la central explicó que durante su ausencia tuvo el apoyo constante de muchas personas, algo que considera clave en su vuelta: «He tenido mucha suerte. Gracias a toda esa gente también puedo seguir jugando. Por un lado me sentía fuera de lugar, pero por otro era como si nada hubiera cambiado. Es la parte de mi vida donde más normal me siento», afirmó.
La grada de Carranque le dedicó una gran ovación en la presentación y coreó su nombre cuando ingresó en el terreno de juego. Arderius describió ese instante como una mezcla de ilusión y nervios: «Fue mucho más emocionante de lo que esperaba. Me sentía un poco perdida, pero feliz de volver a sentir el ritmo de competición».
La internacional española reconoció que no fue un camino fácil: «Hubo momentos de duda sobre si podría compaginar la maternidad con el balonmano. Este regreso es un triunfo personal más allá del resultado».
A sus 34 años, Silvia vive una nueva etapa llena de equilibrio y emoción: «Cuando acaba el partido y ves a tu peque esperándote, todo pasa a un segundo plano. Es algo con lo que había soñado toda mi vida», concluyó emocionada.