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Adiós a la Copa y adiós a Carlos López. La eliminación copera en Talavera, tan sonrojante como reiterada a lo largo de la historia del Málaga CF, fue el freno de varios trenes. El primero, la dinámica de Funes. Su etapa arrancó con una victoria y un empate, puntos de sobra para consolidar el proyecto. Ahora, con este tropiezo, no sé si regresan las dudas, pero la ilusión sí se ve alterada. Y ojo con eso, porque el lunes, el combinado malacitano recibirá al Real Zaragoza en Martiricos en la primera final por la salvación del curso.
Carlos López y seis meses por delante sin su competición
Otra consecuencia es la desaparición de ciertos fútbolistas que no están apareciendo en liga y la Copa es un expositor para ellos. Algunos de ellos pueden ser Haitam, Aarón Ochoa, Gabilondo… y el más vivo ejemplo, Carlos López. La situación del portero es la más significativa. El guardameta depende única y exclusivamente de la Coopa para tener minutos en partidos oficiales y, cuando esta se termina, se acaba su temporada.
Desde los cuerpos técnicos se mantiene el discurso del trabajo diario y la posibilidad de arrebatarle la titularidad a Alfonso Herrero, pero todos sabemos que es realmente complicado que un entrenador siente al toledano para darle la oportunidad al chaval. A sus 21 años es un logro tener ya dos temporadas de experiencia en el fútbol profesional, pero en cuanto a carga de partidos, Carlos López apenas ha sumado siete partidos en los últimos tres años siempre y cuando este curso se mantenga en la línea actual y no juegue en liga. Quizás, alguna jornada final como pasó el pasado mes de mayo ante el Burgos en la última fecha.
Ahora le vienen seis meses por delante para reflexionar. La posibilidad de salir del Málaga para sumar minutos ha estado sobre la mesa y no cabe duda de que el próximo mes de junio se valorará de nuevo. Hace siete meses, tras ese partido contra el Burgos en La Rosaleda, el portero habló abiertamente de esta posibilidad: «Ya se verá lo que pasará. Mi intención siempre es quedarme. Al fin y al cabo es mi ciudad y es mi casa. Y al fin y al cabo, estamos en el fútbol profesional. Nunca se sabe. Tocará esperar”.
Finalmente, decidió quedarse y volver a ser el segundo de Herrero, pero esta situación no va a durar toda la vida. Al meta toledano, a sus 31 años, va a ser difícil sacarlo de la portería de La Rosaleda siempre y cuando sus actuaciones lo avalen. Por ello, Carlos López deberá volver a valorar su situación y plantear, quizás, salidas temporales para cargarse de minutos y experiencia. O en caso contrario, volver a depender de la Copa del Rey el curso que viene.
Foto: Málaga CF