@Pedromartinper || Día de oportunidades sobre el césped de La Rosaleda. Los internacionales –Munir, N`Diaye y Haksabanovic- y las lesiones de Pacheco y Renato Santos –este último se lesionó durante el calentamiento del partido- fueron las bajas de un Málaga que, obligatoriamente, tuvo que buscar alternativas de garantías para encarar el cuarto duelo liguero.
Kieszek, Lacen, Mula y Ontiveros fueron los cuatro cambios respecto al último partido frente al Almería. El guardameta polaco, que no tuvo que intervenir en los 90 minutos de encuentro, podrá recordar con una sonrisa su debut en el conjunto de la Costa del Sol. Seguro bajo palos y dándole velocidad al juego cuando los centrales jugaban con él por la presión rival. El otro que se estrenó esta temporada y que salió bastante reforzado de la victoria es Medhi Lacen. El argelino tenía la difícil prueba de sustituir al motor de los de Muñiz, Alfred N`Diaye. Ni se notó la ausencia. Contundencia, liderazgo y juego fluido. Tres conceptos que exprimió al máximo hasta que vio la amarilla. Minutos más tarde, el asturiano lo cambió para evitar quedarse con uno menos. Aún así, el notable encuentro del segundo capitán le sirve para posicionarse por delante de uno de sus competidores, Boulahrouz.
Si a alguien le hacía especial este partido, era a Mula, y Muñiz lo sabía. Fue uno de los motivos por los que lo introdujo en el campo, además de la baja de Pacheco. El canterano se reencontró con sus antiguos compañeros y técnicos de la temporada pasada. Por ello, Mula fue de los que más trabajó sobre el terreno de juego. Sus continuas subidas más las incansables coberturas a Cifu fueron claves para perforar el costado izquierdo del Tenerife cada vez que el balón se volcaba sobre su banda.
Sobre la banda y en volandas salió Ontiveros, el mejor de los malaguistas. El marbellí, que se encontró de sopetón la oportunidad de jugar tras la lesión de Renato, dio un recital de fintas, regates y pases. De una asistencia de pura magia se originó el gol de Blanco. Un balón medido y que rompió a la línea defensiva bastó para llevar los tres puntos a la entidad boquerona. Probablemente, lo más positivo del encuentro, más allá del resultado, es que la plantilla del Málaga es de garantías. Salga quien salga, no se nota, y eso es una de las claves para ascender a la élite del fútbol español. Que siga la racha, ¡y la fiesta!
