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@Pedromartinper || De villano a héroe. De pecar de inocencia a ser el más pillo de la clase. Mamadoú Koné vivió en El Molinón un partido loco. Después de una primera mitad donde bregó con los defensas rivales hasta la saciedad y donde no paró de desmarcarse y moverse en la parcela ofensiva del conjunto blanquiazul, fue en la segunda mitad donde el fútbol y el destino le tenía preparado una montaña rusa de emociones.
Con 0-1 en el marcador tras el tanto anotado por Juanpi Añor, fue a los diez minutos cuando el costamarfileño pecó de novato y cometió penalti sobre Carmona. Tan solo bastó un leve agarrón sobre la estrella sportingista para que el colegiado pitase pena máxima y, por consiguiente, transformase el empate en el marcador. Pero, cuatro minutos más tarde, la fortuna sonrió a Koné, que aprovechó un rechace de Mariño para volver a adelantar al Málaga en el electrónico. Con los malacitanos por delante, Muñiz decidió sustituir al delantero por Héctor Hernández para darle frescura al ataque y amarrar el resultado, pero la atracción de la montaña rusa todavía tendría guardado un viaje a falta de veinte segundos para el final.