
EN BLANCO
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@Pedromartinper || El tiburón Blanco es el carnívoro acuático más temible y temido por los demás pescados y por el propio ser humano. Cuando huele a sangre, su ferocidad innata arrasa con todo lo que se le ponga por delante, gracias a su agudo sentido del olfato. Pero cuando ha llenado su estómago, puede ser un animal vulnerable. Todas estas características le vienen que ni pintado al delantero malaguista.
A principio de temporada, la voracidad del `9´ le permitió cazar a su presa en 6 ocasiones en apenas dos meses y medios –desde mediados de agosto hasta finales de octubre-. Todo apuntaba a que Leschuk iría a más con el paso de las semanas por el proceso de adaptación y porque crecería la compenetración con sus compañeros, pero el hambre parece saciada para el ariete. Desde aquel encuentro contra el Numancia donde anotó dos tantos, el tiburón no ha vuelto a fusilar la portería rival.
De ello hizo ayer tres meses, que traducidos en partidos son nueve seguidos sin marcar. Una cifra que ha desencadenado los peores resultados del Málaga durante todo el campeonato. Es cierto que Leschuk se mueve como pez en el agua entre la defensa, haciendo un trabajo del que sus compañeros directos se aprovechan, pero donde no ha sido capaz de nutrirse de goles. El tiburón está en sequía y atrapado en las redes de las defensas rivales. La competencia con Seleznyov será crucial para que vuelva a ser el animal más temido de la Segunda División.
