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@JuanjeFernandez || El Málaga marcha segundo en la tabla después de 24 jornadas disputadas. El tiempo corre hacia el final de curso que llegará a principios de junio y el camino de los blanquiazules apenas si se ha despegado del objetivo final, el ascenso a Primera. Lo cierto es que el técnico asturiano no vive su mejor momento en el banquillo después de que el tanto de Rioja en el minuto 91 haya destapado viejos fantasmas sobre los problemas del cuadro boquerón para cerrar partidos que empieza ganando. La afición, que siempre ha estado algo dividida en torno a la figura del preparador, espera que con las caras nuevas haya un cambio de rumbo en cuanto al estilo de juego, algo que por otro lado parece complicado que ocurra.
El hecho de que el Málaga vuelva a jugar en casa el domingo otorga al asturiano una especie de posibilidad de redención en apenas cinco días. El entrenador podría zanjar el tema por enésima vez si consigue los tres puntos ante un equipo que parecía que iba a ser rival directo pero que lleva meses a casi 10 puntos de distancia en la clasificación. Precisamente ante Las Palmas llegó la primera derrota oficial de la temporada. El Málaga se quedaba por primera vez sin marcar y no sumaba ni un punto por culpa de un tanto de Rafa Mir en la segunda mitad.
La vida ha cambiado mucho. Las Palmas deambula por la zona media de la tabla y ya no se ve como un peligro. Aunque teniendo en cuenta anteriores resurrecciones malaguistas, valgan como ejemplos los partidos ante Osasuna, Extremadura, Elche o Reus, nadie debería fiarse del equipo amarillo. Muñiz tendrá que hacer olvidar el amargo trago del partido contra el Almería mientras vigila de reojo sus espaldas. La afición quiere más y el asturiano tiene la obligación de dárselo.
El asturiano en el duelo en Las Palmas