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@JuanjeFernandez || Sin gol, desanimado y cambiado cuando quedaba todavía media hora de partido. Así se marchó Blanco Leschuk de La Rosaleda tras otro partido en el que el delantero argentino no pudo ver puerta. Al contrario de otros encuentros, el ariete sí tuvo la mejor ocasión de los 90 minutos por parte del Málaga tras una buena presión de Keidi Bare que le dejó absolutamente solo delante de Dani Giménez. La parada del meta deportivista fue el principio del fin para Leschuk que abandonó el campo cabizbajo.
Muñiz defendía al delantero cuando se le preguntaba por la ocasión fallada y su repentino cambio cuando el punta suele terminar los partidos. “No me preocupa. Más que preocuparme por esos momentos lo que me preocupa es que se coma la cabeza con el gol, él hace muchas cosas bien. Hay dos tipos de delanteros, los que viven del gol y los que benefician al equipo con su trabajo, y Gustavo es de los segundos. A mí no me preocupa siempre y cuando a él no lo obsesione. Él hace muchas cosas bien y hace que los compañeros se beneficien de su trabajo. Tiene que estar tranquilo porque es un gran jugador”, dijo ante los medios.
Cierta parte de la afición no entendió el cambio para dar entrada a Seleznov. El ucraniano no estuvo fino pese a que la semana pasada fue titular en Majadahonda. El asturiano esquivaba la pregunta en sala de prensa. “Siempre hablamos que en el equipo hay 25 jugadores y cualquiera puede participar, te toque cuando te toque. Hay que trabajar para el que salga dé el máximo posible, por eso pensamos que fue interesante el cambio”. El preparador malaguista pidió más paciencia con Seleznov, que ya lleva seis partidos jugados.
Blanco Leschuk intenta controlar un balón ante la presencia de un rival || Marilú Báez