@SuarezRMarca | No será definitivo, ni tampoco es una final, ni se va a acabar el mundo. Pero este Málaga-Osasuna sí que puede marcar un punto de inflexión en el devenir del campeonato de liga. Porque la victoria del Granada y una posible de los navarros en La Rosaleda pondrían a los blanquiazules a siete puntos del liderato -con el goal average perdido- y a seis del ascenso directo. Palabras mayores. De ahí que este lunes, más que nunca, los de López Muñiz deban dar su mejor versión o, por lo menos, conseguir el triunfo sin excusas.
Para ello, el técnico deberá conseguir que sus futbolistas entiendan sus directrices ofensivas y generen más peligro en los 90 minutos que en todo el mes pasado junto. Los de Arrasate llegan con el cuchillo entre los dientes, sabedores de que la victoria les colocaría en un lugar privilegiado dejando tocado a un rival muy directo. Y para vencer a los rojillos no queda otra que atacar y atacar como si no hubiera un mañana, aunque siempre cuidando de no perder lo ganado arriba por un despiste atrás.
Diego González ya está disponible tras cumplir su sanción, pero no parece que Luis Hernández vaya a perder su sitio en la zaga. Parece una nimiedad, pero su aportación en los saques de banda gana muchos enteros a su favor. Benito Floro debe regocijarse en su sillón. Arriba, seguro que habrá nueva oportunidad para que Ontiveros se reivindique. Sus minutos ante el Córdoba no pueden ni deben quedarse en flor de un día. Debe seguir creciendo y llenar el campo entero con su magia y descaro. Si lo entiende, el Málaga ganará una estrella y el rival un tembleque de los buenos.
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