Compartir esta publicación
@RadioMarcaMLG || El argentino volvió a ver puerta tras cinco meses de abstinencia. El ariete blanquiazul marcó por última vez el 29 de octubre, también en La Rosaleda, contra el Numancia (2-0). Dos goles anotó aquel frío lunes de otoño, que sirvieron para que el Málaga sumase tres puntos que le consolidaron en el liderato. Su tanto vuelve a servir para que el conjunto de Martiricos empate y, al menos de forma provisional, se coloque a tres del Granada, que pueden ser seis a una semana del derbi andaluz.
El ‘Tiburón’ era, y sigue siendo, el máximo anotador del equipo. Son siete los goles que acumula el ex jugador del Shaktar Donestk, que aún no sabe lo que es mojar a domicilio. La Rosaleda es, por si había alguna duda, su hábitat natural y donde más cómodo parece encontrarse en lo que a acierto de cara a puerta se refiere. El templo blanquiazul es el único mar de agua salada entre más de una veintena de estadios que parecen de agua dulce para el delantero nacido en Mendoza.
La rentabilidad que el Málaga le saca a las dianas de su ‘9’ titular es máxima. Pese a la sequía goleadora y su cifra de tantos -muy baja para algunos-, cada vez que el argentino marca, los blanquiazules suman (y casi siempre tres puntos). Ocurrió contra el Alcorcón (1-0), el Tenerife (1-0), el Albacete (2-1) y el Numancia (2-0). Y ahora también frente al Sporting (1-1). Además, en los cinco partidos en los que ha visto portería, solo él lo hace. Es decir, que ninguno otro de la plantilla anota, ya que ante manchegos y sorianos ambos fueron suyos y en los restantes no hubo más goles.
Blanco Leschuk batió a Mariño en el 82 || Marilú Báez