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@Pedromartinper | Llamado a dar un paso adelante. A recoger los galones -que no son pocos- que deja Ontiveros tras su marcha al Villarreal. El jugador que debe liderar el ataque malaguista, o, al menos, ser testigo directo de las ocasiones a favor. Este ejercicio de responsabilidad ha recaído en Renato Santos, y él es consciente de ello.
Sabe que su rol debe crecer, que tiene que ser más determinante que en su primera temporada, de adaptación al conjunto blanquiazul y a la Segunda División. El pasado sábado, en la victoria del Málaga frente al Racing, no se vio, ni mucho menos, al Renato de pretemporada que sorteaba a sus rivales y que, precisamente, recogía el testigo de líder del ataque.
Durante los 90 minutos -tuvo tramos donde participó más- el de Estarreja tuvo enormes dificultades para regatear a Moi, uno de los mejores por parte de los santanderinos. Y no sólo eso, sino que tampoco ayudó a Ismael Casas en labores defensivas, estando en tierra de nadie cuando el Racing dominaba el esférico.
Quizás por ello, y porque tiene mucha calidad en sus botas y posee de un gran físico, hay que exigirle más. Puede dar mucho más. Aunque también es cierto que cuando apareció fue determinante. Vital en la consecución de los tres primeros puntos gracias a una asistencia sublime. Un centro a la cabeza de Adrián de una complejidad incalculable, con un rival cercano y pegado a la línea de banda. Su asistencia fue clave, y se llevó merecidos méritos por ello, pero el papel del extremo tiene que aumentar progresivamente. Si el portugués tiene confianza, el Málaga tendrá mucho ganado. La pelota está en el tejado de Renato Joao Saleiro Santos.