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@SuarezRMarca | El esperpento que el Málaga ha protagonizado en este mercado de fichajes ha sido dantesco, grotesco, ridículo y lamentable. Después de dos meses en los que Al Thani ha bloqueado la planificación deportiva, el último día el espectáculo ha sido aún peor de lo esperado. Cuatro futbolistas con contrato en vigor se han quedado sin ficha federativa por no haber sido capaces de encontrar hueco en el tope salarial. Y eso que otros futbolistas como Juanpi, Rolón o Luis Hernández habían accedido a renegociar a la baja sus emolumentos de esta temporada a cambio de una ampliación de sus respectivos contratos.
Okazaki, José Rodríguez, Iván Rodríguez y Mula han sido los damnificados por la penosa gestión de la entidad malacitana. Incluso el japonés, fichaje estrella del equipo, se ha desvinculado del Málaga una vez confirmada la imposibilidad de que pudiera disputar encuentros oficiales. Además, en el caso de los canteranos, que por edad ya no pueden jugar en la primera plantilla si portan dorsal del filial, se les ha ofrecido a multitud de clubes en las últimas horas sin éxito. Con el que sí hubo acuerdo fue con Tighadouini, que finaliza así su vinculación como malaguista.
Más tragicómico fue lo sucedido con Simón Moreno. El joven delantero, descartado por el Almería por no disponer de opción de compra en su cesión, llegó a firmar su contrato con el Málaga, pero Al Thani lo descartó por la tarde, teniendo que volver de urgencia al filial del Villarreal.
Al menos, el Málaga sí pudo oficializar la llegada de tres jugadores que percibirán el salario mínimo en Segunda: el centrocampista argelino Benkhemassa, impuesto por Al Thani; el delantero hispano suizo Lorenzo González, procedente del filial del Manchester City; y el también punta Armando Sadiku, cedido por el Levante.