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@Danielnz97 || No pudo empezar mejor para el Málaga el campeonato liguero. Cuando más difícil estaba la situación, al límite de la alineación indebida, apareció el capitán, Adrián, para marcar el gol que permitió sumar los tres primeros puntos gracias al triunfo frente al recién ascendido Racing de Santander en El Sardinero. Una victoria que hizo que los blanquiazules comenzaran el curso más que reforzados.
Pero, desde entonces, pocas noticias positivas han podido celebrar los malaguistas. Extradeportivas… ninguna; sobre el césped, algún empate, si es que es motivo de festejo, y ya. Tablas frente a Las Palmas (1-1), derrota en Montilivi (1-0), saqueo de puntos en La Rosaleda ante el Almería (0-1), máxima igualdad contra Mirandés y Rayo Vallecano (1-1 en ambos) y, por último, derrota, también por la mínima, en el Carlos Belmonte (1-0).
Así, con esta dinámica, el Málaga tiene números para llorar… y descender. Seis puntos de 21 que conforman una paupérrima racha inicial con la que los blanquiazules consiguen, solo por los goles, quedar fuera del descenso. Y es que, así, es decir, con esta misma trayectoria, el conjunto de Víctor Sánchez del Amo, ampliamente respaldado por todos los sectores del club, no alcanzaría siquiera las cuatro decenas (36).
Cabe recordar que, por ejemplo, la permanencia estuvo la temporada pasada en 47 puntos. Y eso que uno de los descendidos, el Reus, lo hizo de forma administrativa y no deportiva, por lo que era una salvación más barata. Los 36 que conseguiría el Málaga si la tendencia no fuese mejor serían insuficientes para mantener la categoría. De hecho, esa cifra condenó al Nàstic de Tarragona a jugar en Segunda B.