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@SuarezRMarca | Este domingo se enfrentan en El Alcoraz el Huesca y el Málaga en un duelo con un gran protagonista: Shinji Okazaki. El que fuera pareja de Vardy en aquel inolvidable Leicester de Ranieri ya no está para los trotes de la Premier, aunque sí para continuar disfrutando y haciendo disfrutar en un fútbol de menor nivel, pero también competitivo, como la Segunda división española. Y por eso el Málaga, cuando se le puso a tiro este verano, no dudó en ir a por él.
La historia de Okazaki con el conjunto blanquiazul, sin embargo, ya empezó torcida. Durante sus primeros días como blanquiazul, allá en la estadía de Benahavís, fue escondido para que nadie le viera entrenando con sus nuevos compañeros. Él había firmado su contrato, pero Al Thani andaba en su mundo y tardó casi una semana en estampar su rúbrica. Famosa es ya la pedida pública de perdón por parte de Caminero al nipón y a su agente: “No es normal tener a un jugador de su calidad y trayectoria esperando tanto tiempo”, dijo el día de su presentación lanzando un dardo al jeque.
La situación pareció arreglarse y Okazaki cumplió su objetivo de debutar con el Málaga. Se le vio corto de preparación en los amistosos, pero capaz de dar un salto de calidad a la parcela ofensiva de los de Víctor Sánchez del Amo. Su gozo, el de todos realmente, se quedó en un pozo. Horas antes del cierre del mercado, el delantero pidió la rescisión de su contrato por la imposibilidad de ser inscrito. El mayor ridículo en gestión de fichajes de los últimos años en la entidad de Martiricos se hacía realidad. En Inglaterra y en Japón se echaban las manos a la cabeza.
El Huesca, ojo avizor en Málaga, ya seguía sus pasos en esos últimos días. Cuando se le escapó Michael Santos, quien se negó a marcharse a tierras oscenses y prefirió el Copenhage, la posibilidad de hacerse con Okazaki se tornó real. Y una vez libre, se lanzaron a por él.
El estribillo del verano en la Costa del Sol no era el de ninguna canción de reggaetón sino el ‘Oka, Oka, Okazaki’. En el Huesca no dudaron en adaptar el sonido y en ofrecer todo el cariño del mundo a algo más que un jugador, alguien que se hace querer, que abre mercado en Asia y que ya ha mostrado algunas de sus virtudes futbolísticas, como una media chilena con la que dio el triunfo ante el Girona.
Okazaki se despidió del malaguismo triste, apesumbrado, prometiendo volver pronto a vestir de malaguista y celebrar goles en La Rosaleda. Pero en el presente se ha convertido en la principal amenaza del rival de este domingo. De Oka (el blanquiazul) a Oka (el azulgrana) y tira el japonés porque le toca.