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@Pedromartinper | Mucho había llovido –o no- desde la última victoria del Málaga CF en su propio estadio. Desde aquel 3-0 frente al Elche en la jornada 42 de la temporada pasada, la afición no sabía lo que era regresar a casa con el rico sabor que produce sumar de tres. Hoy, y tras un final más apretado de lo visto durante el choque, los blanquiazules consiguieron imponerse a su rival y estrenar el casillero de triunfos en La Rosaleda.
“Una afición que está sufriendo tanto se merecía esto”, decía Víctor en la rueda de prensa posterior al encuentro. Y vaya que si lo merecía. Con la vista y mirada puesta más en lo institucional que en lo deportivo, poco se había hablado de la necesidad de volver a instaurar miedo en los enemigos cuando en su calendario indique que visitan La Rosaleda. Hoy, después de cinco encuentro y con 16.085 gargantas dando calor a su equipo, se obtuvo el premio que merecían todos, desde cuerpo técnico a afición pasando, obviamente, por los jugadores, los cuales realizaron un esfuerzo tremendo.
Con esta victoria, el Málaga sale del descenso y se coloca en la zona baja-noble de la tabla. Un resultado que debió ser más abultado, pero que valen lo mismo. De esta manera los blanquiazules se quitan la presión añadida y acumulada de ganar en casa, un lastre que les había acompañado desde el 8 de junio hasta este 26 de octubre.