
MUNIR Y LOS VIEJOS FANTASMAS
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@Pedromartinper | Las lágrimas de Munir aquel fatídico día donde no se consiguió el ascenso en La Rosaleda nunca la olvidarán ni el propio portero ni los allí presentes. La comunión postpartido sigue retroalimentando a un equipo que vive de la unión entre vestuario y afición. Hace una semana, después de un verano de por medio y aunque se obtuvo la primera victoria en casa, el marroquí volvió a ser el antagonista de la historia. El gol conseguido por Baldé procedió de un fallo de alevin por parte del cancerbero.
Vuelta a los fantasmas del pasado. Cuando pitó el árbitro el final, todos los jugadores fueron a abrazar a Munir, dejando la imagen del encuentro y el reflejo de un vestuario unido. Aunque también se entrevió las dudas e incertidumbres con las que convive el portero malaguista. Una jornada más tarde, contra la Ponferradina, Munir volvió a hacer de las suyas. Primero fue en un balón parado en contra cuando, inexplicablemente, salió con los brazos planeando y sin contundencia, lo que propició la oportunidad de que el delantero rival cabeceara la pelota, aunque no terminó en gol.
La jugada del tanto de los locales, con fallo monumental de Diego González en la marca, también pudo hacer más, aunque las calabazas se las llevara el gaditano. Pero todavía hubo una pifiada más. Fue en una contra cuando Munir salió del área chica a tapar un disparo, donde terminó regateado y dándole las gracias a Villanueva, que sacó el balón en la línea de gol.
Se siente titular porque la competitividad no es tan alta como el año pasado, con tres porteros por detrás suya con ficha del filial. A pesar de esta ventaja, Munir está dejando tantas dudas que no se haría raro ver como Kellyan o Gonzalo le pasan por la derecha, aunque, todavía, tiene la confianza de Víctor. Sería injusto no reflejar los puntos que ha dado el marroquí, que han sido varios, pero la inseguridad del portero regala inseguridad al resto de compañeros. Y eso para un portero es muy peligroso.
