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@Pedromartinper | Con menos oxígeno aunque aún ventila aire en el vestuario blanquiazul. El Málaga luchará por sumar la segunda victoria en La Rosaleda. Tres puntos que servirían para alejarse mínimamente de los puestos de descenso donde se encuentra en estos momentos. Pero para celebrar un triunfo, lo primero de todo es marcar gol. Parece sencillo en la teoría, sí, pero para los boquerones es una asignatura que no consiguen aprobar en la práctica.
Y ya van tres suspensos consecutivos. Ni ante Ponferradina, Fuenlabrada y Alcorcón los de Víctor Sánchez del Amo lograron ver puerta. Las lesiones y los compromisos internacionales sirvieron de excusa, pero el regreso de efectivos condiciona favorablemente a que se consiga batir una racha que ahoga y hunde a los andaluces. El técnico madrileño podrá contar esta vez con Munir en portería, Lombán y Villanueva en defensa, Keidi en el centro del campo y Renato y Juanpi en la parcela ofensiva. Un total de seis incorporaciones.
Enfrente no estará un rival cualquiera. Quizás no asusta el nombre entre la hinchada malaguista, pero los ilicitanos asustan con sus cifras a domicilio y su gran nivel en este primer tramo de la temporada. Ganó en campos como Riazor, Montilivi, Santo Domingo y Carlos Tartiere. Apenas nada. Ganar en Martiricos supondría para los de Pacheta alcanzar los puestos de Playoffs.
Objetivos distintos para dos equipos con realidades contrapuestas. De perder los blanquiazules, la brecha para salir del pozo, pese a que no sería excesiva, aumentaría, y con ello la presión e incertidumbres para las jornadas venideras. Ganar, para un Málaga que naufraga en los mares más oscuros de la Segunda División, supondría ver y tocar tierra.
El Elche intentará sumar para seguir mirando hacia arriba