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Da gusto ver a este Málaga CF y a una afición entregada y rememorando tiempos no tan pretéritos. Lamentablemente, uno conoce, porque no se han ocultado, los planes del Consejo de Administración del club por culpa del peor presidente de la historia de la entidad desde hace tres temporadas. Y como dice la canción: "pero el invierno llega aunque no quieras", que entonaba Rocío Jurado.
Y eso es lo que me preocupa, "se nos rompió el amor de tanto usarlo", pues en nuestro club las ilusiones de los miles de malaguistas que entonaron a capela el himno blanquiazul pueden quedar hechas añicos si la pócima mágica de vender bien, fichar acertadamente y subir jugadores del filial se quiebra.
Lo de ayer es extraordinario porque el equipo volvió a rehacerse tras encajar un gol absurdo, ay Miguel Torres, y le dio la vuelta al marcador en el último suspiro gracias a un penalti muy claro de Raúl Navas. El empuje de un luchador Amrabat, la fe que le puso, llevó al conjunto de Javi Gracia a la quinta victoria consecutiva y con ello a igualar el récord de triunfos consecutivos de Manuel Pellegrini.
Por supuesto, con mucho más mérito. El navarro no cuenta ni de lejos con los millones que utilizó el chileno para componer su cesto ni tampoco con un "loco", o sea, Abdullah Ghubn, regalando primas por doquier. Es urgente comprar a Amrabat y ello obligará a vender, como ya dejó claro Vicente Casado, director general, en la Cope. Eso o que tener un jeque presidiendo el club sirva de algo más que pagarle todos sus gastos cuando está en Málaga y sus viajes a Alemania.
Enorme Juanmi otra vez ayer, sobre todo en la segunda mitad, aunque un encuentro como el de ayer, para hombres hechos y derechos, yo eché de mens durante muchos minutos a Duda, Recio y Roque Santa Cruz. Pero bien está lo que bien acaba. Y ojito, Casado y compañía, con tocar lo que funciona y de paso las narices al respetable. Y quien avisa no es traidor.