EN CAMINO DE ROMPER LA MALDICIÓN

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Hubo un tiempo en el que pensar en la buena marcha a la vez de Unicaja y Málaga CF era una utopía. El equilibrio entre fútbol y baloncesto parecía una quimera, algo imposible de conseguir. Una leyenda que empezó a forjarse en la 2005-06. Aquella temporada un pletórico Unicaja comandado por Bozidar Maljkovic se proclamaba campeón de la Liga ACB tras aplastar en la final al TAU Cerámica. Curiosamente aquella misma campaña comenzaba el Málaga CF su particular ‘vía crucis’, una etapa del club blanquiazul en la que casi desaparece por segunda vez en su historia. La diferencia se volvió a acrecentar a la temporada siguiente cuando con el Málaga a un paso de 2ºB y en plena Ley Concursal, el Unicaja tocó techo histórico jugando la Final Four de la Euroliga en Atenas.

 

El José María Martín Carpena se quedaba pequeño mientras La Rosaleda era un solar cada vez más grande. Con la llegada del Jeque todo cambió, el Málaga se convirtió por meses en uno de los grandes de España y tocó el cielo en la mítica y triste noche de Dortmund. Hablamos de las campañas 11-12 y 12-13, las mismas que dejaron a Unicaja fuera de unos play-off por el título después de mucho tiempo. La maldición parecía crecer a cada año transcurrido. Las redes sociales son una buena fuente de bromas cada vez que alguno de los dos equipos sale exitoso, vaticinando la catástrofe de otro.

 

Pero esta temporada 2014-15 algo parece que ha cambiado, el Unicaja de Joan Plaza exhibe liderato en solitario de la ACB, mientras que el Málaga de Javi Gracia bate récords de puntuación y partidos ganados en una primera vuelta. No es lo normal, no estamos acostumbrados. Por eso hay que disfrutar del equilibrio soñado y seguir pensando en que este curso todo puede cambiar, es la magia del deporte malagueño, una ciudad que anda cerca de situarse donde deportivamente merece estar y donde la maldición nunca lo permitió.