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Creo que no hablaría en vano si digo, en nombre del malaguismo, que estamos cansados. Cansados de tantas medias verdades y cansados de tantas mentiras. Parece que algún directivo del Málaga se debe pensar que la inteligencia de la afición blanquiazul debe estar por debajo de la media del resto de seres humanos del planeta. O eso, o realmente es la suya propia la que vive en un mundo distinto al de los demás.
La venta de Darder ha dejado con el culo al aire a Javi Gracia y al resto de la plantilla de jugadores que componen el equipo. Se va un jugador titular, un futbolista que acumuló más de 2.700 minutos la temporada anterior y que solo fue superado por Rosales, Weligton y Kameni. Darder también se ha quedado así, no ha demostrado respesto ninguno por el Málaga y ha negado lo innegable desde hace casi un año, que se quería ir. Pero la marcha del mallorquín ha dejado con el culo aire a más gente. El primero, Mario Husillos que se jactó de decir en su comparecencia ante los medios, que era el Málaga el que siempre tendría la última palabra en la salida de los jugadores que son copropiedad de Edmundo Kabchi. Otro con el culo al aire es Vicente Casado, el director general que siempre tiene la excusa perfecta. Esta vez se ha coronado pero bien, se le ha visto el plumero hasta en Lyon, donde han tenido que echar hasta unas risas con la denuncia que llegó a las oficinas del club. Decía lo de las excusas, porque Casado es especialista en ellas. Con cada una de las salidas de los jugadores del club ha ido cayendo detrás, como en una partida de tetris, algún pretexto. Aún no se sabe qué quiso decir Samu García con su lapidaria frase de “no me voy, me venden”, y tendremos que seguir esperando. Roque, que ahora ha vuelto, se marchó por unas deudas que todavía nunca nadie ha contado. Juanmi por la cláusula, Antunes porque era irrechazable y así un largo etcétera. Esta venta era la más fácil, el jugador quería irse y era una buena oportunidad de decir la verdad, aunque sea por una vez. Pero nada, no hemos tenido el gusto de conocerla, al menos de voz de los protagonistas.
El último que queda con el culo al aire en esta historia es el Jeque. El señor Al-Thani y sus hijos, que ahora manejan el club, a los cuales todavía se les está esperando en La Rosaleda, en la que será si se produce la rueda de prensa definitiva de todos los tiempos. Pero lo dudo, esa es otra mentira más.