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Los partidos de La Liga Santander que se disputan los viernes por la noche tienen una peculiaridad común para las dos aficiones que ven jugar a sus respectivos clubes: o te alegran el fin de semana o te lo fastidian. No hay vuelta atrás. Si el Málaga CF gana al Sporting de Gijón, esta noche la afición blanquiazul disfrutará de unos días tranquilos y festivos como deben ser. De lo contrario, la preocupación por la cercanía de los puestos de descenso y la visita al Camp Nou en la siguiente jornada liguera provocaría de inmediato una desazón importante en la parroquia malaguista.
Confiemos en la escuadra de Juande Ramos para vencer al conjunto sportinguista en La Rosaleda. Un empate o una derrota harían saltar todas las alarmas y, teniendo en cuenta el parón liguero que se avecina, serían doce días largos, muy largos.
Los asturianos son un rival teóricamente inferior a los blanquiazules pero no es conveniente fiarse a priori de ningún rival. Las buenas artes de Sandro, Fornals, Camacho y compañía deben servir para sumar tres puntos de oro de cara a convertir el templo malacitano en casi inexpugnable esta temporada. De paso, no estaría mal que la defensa dejara de cometer errores de patio de colegio que tantos resultados adversos han provocado ya esta temporada.
El Málaga CF necesita ganar al Sporting para soñar con un fin de semana para el disfrute propio y el de su afición, que es el plan ideal para un malaguista de pro un viernes por la noche.