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La era José González se inicia esta noche en Eibar ante la Sociedad Deportiva. Los eibarreses son el ejemplo de gestión y de club que el Málaga CF, lejos ya de las fanfarrias de la Champions League y los sueños de grandeza, debería haberse aplicado hace tiempo. Por desgracia, en el club blanquiazul todo se hace a voluntad de Al Thani y de sus hijos, con los resultados que saltan a la vista.
Sin embargo, y tras la salida de Míchel, ya no hay excusas ni componendas para aquellos que veían en el madrileño toda la responsabilidad de lo ocurrido en la actual temporada. Recio, capitán blanquiazul, se explicó muy mal en la rueda de prensa entre semana. Lo hizo tan mal que hasta en la zona noble de La Rosaleda no se entiende por qué se metió en camisa de once varas dejando entrever que el cambio del entrenador era necesario para el equipo y para un mejor rendimiento. Ahora, Recio y algún que otro futbolista más deberán demostrar sobre el terreno de juego que son capaces de resolver igual de bien que hablan sus obligaciones futbolísticas.
El Málaga CF tiene la obligación de ganar todos los partidos que pueda de aquí al final del campeonato para conseguir el objetivo de la permanencia. Es de suponer que el club malacitano mostrará una cara muy diferente a la de semanas anteriores porque el sistema de juego de Gonzalez es muy diferente al de Míchel. No quedarán dudas, después de esta dura prueba en Ipurúa, sobre si está funcionando adecuadamente todo aquello en lo que trabaja el técnico gaditano.
Por el bien del Málaga CF es de esperar que la primera victoria llegue esta noche.
¡Memoria, Compromiso y Fe!, sobre todo esto último.