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El Museo de la Selección española de fútbol, que ya puedes visitar virtualmente, guarda sorpresas y grandes tesoros. Entre ellos, los de mayor solera, la primera camiseta del equipo nacional o las cartas escritas por los jugadores que emprendieron aquella aventura cuando marcharon a disputar el primer torneo de su historia durante los Juegos Olímpicos de Amberes de 1920.
Con esa camiseta, que ya era de un intenso color rojo, debutó en aquellos JJOO en tierras belgas. La elástica cuenta una historia, la de un equipo en construcción, formado apenas unas semanas antes del inicio de una competición en la que pese a las grandes dificultades que afrontó, logró quedar segundo y llevarse la medalla de plata. El rojo de su camiseta, que ha acompañado a la Selección desde su nacimiento, era, incluso, la señal de una identidad (“la furia roja”).
Sin embargo, lo más llamativo era el gran león rampante amarillo que los jugadores lucían en la parte izquierda del pecho, el cual conformaba, junto con el rojo de la camiseta, los colores de la bandera de España. Era todo un símbolo: Amberes fue una antigua provincia del Ducado de Brabante, cuyo escudo era un león amarillo sobre un fondo negro. El Ducado había sido posesión de la corona española hasta el siglo XVII y el COE quiso hacer un guiño histórico a la ciudad belga. También al Rey Alfonso XIII, cuyo escudo personal incluía el mismo león rampante.
Esta sala del Museo donde se rememora el surgimiento de nuestra selección contiene otros tesoros, casi incunables: por ejemplo, las cartas escritas por dos grandes de la época como Ricardo Zamora y Josep Samitier o telegramas informando de la medalla de plata conseguida.