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Sensibilizada y concienciada con la situación de escasez severa de agua que vive la Costa del Sol occidental, con bajos niveles de recursos hídricos disponibles, Benalmádena sigue aplicando las medidas establecidas en la Mesa contra la Sequía, con una reducción del 35% de agua potable en el baldeo de las calles, que se traduce en unos 330.000 litros de agua semanales de ahorro, y un 10% en el riego de parques y jardines. Por otra parte, y según se ha dado a conocer tras la tercera reunión de esta Mesa contra la Sequía, se sigue trabajando en la elaboración del proyecto que permita utilizar agua regenerada en el baldeo y riego con todas las garantías higiénico-sanitarias necesarias.
A este respecto, el edil de Limpieza, Juan Olea, ha concretado que “según un informe técnico recibido en el Ayuntamiento, con fecha de finales de abril de 2022, ACOSOL instaba ya entonces al Ayuntamiento de Benalmádena a que trabajara en la elaboración del proyecto que permitiera el uso de agua reciclada para riego y baldeo, y el anterior equipo de Gobierno no hizo nada, o sea, llevamos un año y medio de retraso por su inacción”. “Por nuestra parte, estamos poniendo todo nuestro empeño en sacar este proyecto adelante. Ya designamos en su día a un coordinador técnico, y ahora trabajamos para que este plan de uso de agua regenerada para baldeo de las calles y riego de parques y jardines sea una realidad cuanto antes con todas las garantías medioambientales”, remarcaba Olea, quien además apuntó que el proyecto debe incluir un plan de Prevención de Riesgos Laborales y que, además, antes de ponerse en práctica tiene que ser aprobado por la Junta de Andalucía.
Por otra parte, según señalaba el edil de Limpieza, “los informes presentados son negativos para el uso de agua regenerada en el Parque de la Paloma, por lo que el siguiente paso será requerir a la empresa concesionaria del Parque, que es Fomento, un informe técnico en el que especifique qué haría falta para poder usar agua reciclada en este enclave con todas las garantías higiénico-sanitarias, y también estéticas, -no hay que olvidar que es una zona verde emblemática de Benalmádena-, qué alternativas puede plantear que sean factibles”, concluyó Olea.