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Los trabajos han concluido con la eliminación del paso peatonal, que estaba en desuso tras la incorporación de este vial al entramado urbano de la ciudad, hace dos décadas. La desaparición de esta infraestructura ha ocasionado una mejora de la imagen de este punto de la ciudad, así como del tránsito de peatones por las aceras que ocupaba dicho puente.
El Ayuntamiento de Fuengirola ha ampliado la avenida de las Gaviotas y ha mejorado su imagen con la demolición de la antigua pasarela peatonal de la N-340. Los trabajos han concluido recientemente y han sido visitados hoy por la alcaldesa Ana Mula, y las ediles de Urbanismo y de la barriada de Torreblanca, Rocío Arriaga y María Hernández, respectivamente.
“Esta infraestructura fue construida hace décadas para facilitar el cruce peatonal sobre la antigua Nacional 340. Con la integración de esta vía en el entramado urbano y su transformación en avenida, se habilitaron pasos de peatones a nivel, quedando la estructura en desuso. Su demolición responde a criterios de funcionalidad y adecuación al entorno actual, ya que no cumplía su función, era el momento de retirarla. Es una actuación que los vecinos venían solicitando desde hace tiempo, y con razón, ya que la infraestructura había perdido su utilidad”, ha explicado la regidora, que ha destacado también “el notable cambio” que ha experimentado la zona.
De esta manera, el Consistorio ha licitado esta actuación en hasta dos ocasiones. En el último intento, fue adjudicado a la empresa Marvel Construcciones, que ha ejecutado las obras de demolición y eliminación de la pasarela por un importe de 106.843,46 euros y un plazo de ejecución de 39 días.
En este sentido, la intervención ha permitido, además de reducir el impacto visual que producía esta antigua infraestructura, ganar en espacio de las aceras, de forma que los peatones que transiten por esta zona de la avenida de Las Gaviotas puedan transitar por ellas con mayor facilidad.
Como ha subrayado Mula, esta actuación ha sido también una reiterada demanda de los residentes en el entorno, pues, además, interfería en los límites de las propiedades de dos comunidades de vecinos del entorno.
“Está claro que era una intervención que teníamos que hacer. Ya no tenía ningún sentido mantenerla, y tras elaborar toda la documentación y tramitación, hemos podido acometerla. Continuamos trabajando, de la mano de los vecinos, para mejorar nuestra ciudad”, ha concluido Ana Mula.