Compartir esta publicación
@JuanjeFernandez || El Unicaja de esta temporada tiene una larga lista de defectos. El cuadro de Plaza no ha conseguido encadenar una regularidad constante y eso le ha llevado a tener que jugar una final el domingo ante el Iberostar Tenerife. Sin embargo sí hay una línea que los cajistas han seguido durante toda la temporada. Se trata de los finales de partidos apretados, una asignatura pendiente que ha llevado al conjunto del Martín Carpena ha perder 17 de los 23 partidos que se han decidido por cinco puntos o menos de diferencia. Todas las situaciones han tenido un denominador común, las malas decisiones en las jugadas decisivas del partido.
La estadística llama la atención tras una semana en la que el equipo malagueño decidió sus tres partidos por un suspiro. La derrota de la jornada pasada ante el Betis (89-88) unida a la del domingo ante el Real Madrid (88-89) tuvieron por medio otra agónica victoria ante el Olympiakos (87-85) en la despedida de la Euroliga en el Carpena.
Las cifras demuestran que el panorama del equipo en Europa y ACB sería muy distinto si los malagueños hubiesen sabido gestionar los minutos finales de los partidos. En la competición domestica, donde el Unicaja se encuentra al borde de quedarse fue del playoff, se han perdido siete de los ocho partidos con resultado apretado. Curiosamente llama la atención que la única victoria ajustada del equipo de Los Guindos haya llegado en el Palau. Un partido que los cajistas llegaron a vencer por casi veinte puntos tras el descanso y en el que acabaron sudando tinta china para vencer a los catalanes por 73-76.
En Europa la historia tampoco cambia mucho. Los malagueños han dejado escapar la victoria hasta en nueve ocasiones por marcadores muy apretados. El total supone más de la mitad de las derrotas de un equipo que curiosamente obtuvo su primera y ultima victoria en esta competición de esa manera. La Copa del Rey puede ser otro buen ejemplo. Los costasoleños quedaron eliminados en cuartos de final ante un Real Madrid que perdía por siete puntos a cuatro minutos del final del partido.
El equipo siempre flaquea en los marcadores igualados // ACB