ASALTO AL PALAU (95-105)

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El banquillo del Unicaja celebra una de las canastas que dio la victoria en Barcelona || acbphoto/S.

@SuarezRMarca | Hay partidos que marcan toda una temporada. Y el que firmó el Unicaja en el Palau Blaugrana puede ser el germen de algo muy bonito. Porque ganar al Barça, y encima en su casa, sólo está al alcance de los grandes. De hecho, el CSKA Moscú era el único que lo había logrado esta temporada. El fichaje de Darío Brizuela ha reactivado a los de Casimiro y su perímetro lo agradece. Ahí estuvo la clave de una victoria espectacular ante un rival en el que Abrines dio detalles de lo que llegó a ser no hace demasiado. Pero ni él ni Mirotic ni Tomic fueron capaces de controlar a los Adams, Suárez, Waczynski, Elegar y el citado Brizuela, todos por encima de los 10 puntos. 

 

El Unicaja no se escondió en ningún momento ni rehuyó la lucha cuerpo a cuerpo. Si en el Barça Abrines volvía a ser ese tipo descarado que se crió en Los Guindos y huyó a Barcelona para luego hacer las Américas, en los malagueños Jaime Fernández, primero, y después Adams y Toupane, respondían incluso mejor para ir disfrutando en varias fases de 5 puntos de ventaja. 

 

El alero balear anotó 11 puntos casi sin fallo en un cuarto en el que Pesic reservó a Mirotic hasta el último minuto. Su primera canasta sirvió para poner por delante al Barça después de ir siempre a remolque, pero Darío Brizuela, también recién entrado en pista, no lo iba a permitir. Con su tiro in your face, los malagueños cerraron el cuarto 26-27 a su favor. 

 

Era muy difícil mantener ese ritmo de anotación, y más con la profundidad de banquillo azulgrana, pero Brizuela es de los que cree en imposibles. Sus lanzamientos mantuvieron a los suyos ante un nuevo triple de Abrines antes de que este se marchara a descansar. Fue Tomic quien con 8 puntos consecutivos tomó su relevo ofensivo. Gerun, blandito, se veía impotente para frenarlo, pero entre el propio Brizuela, que ya acumulaba 10 puntos, y Suárez, con un nuevo tiro exterior, igualaron a 41. Pareció estropearlo todo Casimiro con una técnica por sus continuas protestas que descentró a sus jugadores y motivó a los catalanes, que marcaron un 7-0 de parcial (48-41) a 4’10” del descanso. Mirotic, a base de tiros libres (8/8), también llegaba a dobles figuras en un electrónico que se cerró al descanso 56-51. 

 

Enchufados y muy motivados regresaron al parqué del Palau los cajistas. Adams se erigió capitán general y encabezó un 0-7 que les devolvió la ventaja. Más de tres minutos sin anotar provocaron un enfado monumental de Pesic y con él, el despertar de Davies y Higgins. Era el momento de las defensas y la anotación bajó muchos enteros. Había, sin embargo, demasiado talento en la cancha como para prolongar un tanteo bajo. Un triple de Wacyznski, una puerta atrás de Oriola, una penetración valiente de Suárez, un costa a costa de Higgins… y un triple de Brizuela sobre la bocina tras recuperación de Alberto para sellar el tercer cuarto con el Unicaja culminando su remontada (74-76).

 

Lejos de conformarse con llegar con vida a los últimos minutos, los de Casimiro firmaron otro sensacional parcial (0-10) en apenas dos minutos para otorgarles la máxima del encuentro (74-86). El gigante no podía dormir eternamente y menos con ese ruído que hacían los visitantes. Fue Mirotic, quién si no, el que tomó la batuta y ejerció del líder NBA que es. Mas Unicaja siguió a lo suyo, defendiendo sin apenas faltas, acumulando un 18/18 en tiros libres y amasando su particular tesoro de puntos. La renta, con Mirotic y Tomic on fire, iba menguando, pero también el tiempo para el final del choque. 

 

Al último minuto se entró con sólo 5 arriba (93-98). Suficiente para controlar al Barcelona e incluso aumentar la diferencia y poder saborear un triunfo que será recordado durante mucho tiempo. El Unicaja es otro y se nota. Que dure.