@JuanjeFernandez || Unicaja perdió su idilio con la Copa ACB hace tiempo ya. La llegada de Casimiro había suscitado interés después de tres temporadas fracasando en el intento de pasar a semifinales o incluso clasificarse para el evento. El manchego y su equipo despertaron a viejos fantasmas en el WiZink Center recordando al Unicaja de las peores noches de Joan Plaza. Un castigo que se prolonga ya por cuarta temporada consecutiva tras el batacazo de 88-78 vivido ayer ante el Iberostar Tenerife. El equipo no reaccionó tras un primer cuarto igualado y el primer año de Luis Casimiro se marcha al limbo de las oportunidades perdidas.
En la campaña 2015-2016 los malagueños ni siquiera pudieron sacar un billete para viajar a La Coruña. Fuera de los ocho primeros en un domingo negro en el que el equipo de Joan Plaza perdió frente al Madrid por 80-75 y estaba pendiente de lo que ocurría en Zaragoza y Bilbao. Fuenlabrada, con un triple sobre la bocina de Popovic, y Bilbao Basket no fallaron y los cajistas se quedaban fuera de la cita. "Es difícil jugar siempre como si la vida nos fuera en ello, pero no podemos ganar al CSKA y luego perder bien perdido en Sevilla. No hay excusa a nuestra no clasificación", explicó Joan Plaza ante los medios.
A la siguiente campaña Unicaja recuperó la sonrisa clasificándose para la Copa y viajando a Vitoria con todas las de la ley. En cuartos de final esperaba el Barça y el resultado fue el esperado tras ser séptimos al final de la primera vuelta y no poder evitar a un coco. Eriksson y Rice destrozaron a los cajistas que tras ir ganando la primera mitad del partido se cayeron con todo el equipo perdiendo de doce al final del choque con un parcial especialmente duro en el tercer cuarto.
La pasada temporada la historia se volvió a repetir en Gran Canaria. El Unicaja finalizó en quinta posición la primera vuelta de la ACB y perdió su billete como cabeza de serie. El sorteo no fue afortunado y los costasoleños tuvieron que medirse al Real Madrid. Unicaja llegó al último cuarto con dos puntos más que los de Laso pero un mal final de partido volvió a dar con los huesos del equipo de Los Guindos fuera a las primeras de cambio. Campazzo destrozó los sueños con 25 de valoración y la maldición se prolongaba un año más. Ante Tenerife ayer, Unicaja reabrió viejas heridas que ahora intentará curar en la Copa de 2020, una que se organizará en Málaga si no hay sorpresas.
