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@SuarezRMarca | El 3 de febrero es el nuevo día de Reyes. Felipe I de ACB se aupó en Málaga al trono de la liga española como el jugador que más partidos, 778, ha disputado en toda su historia. Imposible no guardar en la memoria este día en el que el capitán del Real Madrid superó al eterno Joan Creus para seguir agrandando una leyenda que perdurará durante muchos años. Sin embargo, también se podría recordar como la oda al baloncesto de ataque que propugnan Laso y Casimiro y que terminó llevándose el Unicaja en la prórroga gracias a un triple sobre la bocina de Jaime Fernández.
Pero hay que remontarse al principio. Todo comenzó con Felipe, quien tras la primera ventaja del Unicaja (5-3), firmó el inicio de un parcial de 2-14 en tres minutos que obligó a Casimiro a detener el vendaval blanco, donde sólo el pívot cordobés erró un tiro mientras Campazzo hacía de cartero repartiendo asistencias por doquier.
Con Shermadini y Jaime Fernández como estiletes llegó la reacción local colocándose a 3 (19-22) a 2’23” para el final del primer acto, detenida por una discutida técnica al técnico del Unicaja. Un step back a lo Doncic de Rudy cerró el primer cuarto con 19-27.
El propio Rudy quiso seguir siendo protagonista unos minutos más y no le importó lo más mínimo anotar un par de lanzamientos de 7 metros con el defensor encima. En el cuadro malagueño no había respuesta sin Jaime Fernández en cancha y los de Laso aprovecharon para escaparse a 17 (21-38) en apenas dos minutos y medio. La diferencia, lejos de reducirse a pesar de las rotaciones, incluso aumentó (33-54) a 1’40” para el descanso. De nada servía el dominio local en el rebote porque el aro parecía haberse empequeñecido. Un 2+1 de Lessort con el reloj casi a 0 llevó el partido al descanso con 41-57, un mal menor para los verdes y un subidón de energía para un Madrid que sólo había necesitado 20 minutos para anotar los mismos puntos que el Barça en todo su encuentro ante el Tenerife (63-57).
Nuevos bríos acompañaron a la vuelta al parquet. Los cajistas flexionaron rodillas, apretaron dientes y se fusionaron con los decibelios producidos por los 10.208 espectadores que llenaron el Carpena. Otra vez Jaime, el revitalizador, con un triple, provocó el éxtasis en el Palacio al bajar de la decena la ventaja blanca (55-63) en el ecuador del tercer acto. Laso se revolvía furioso en su banquillo y forzó una técnica para intentar reactivar a los suyos, pero no había forma. Milosavljevic puso al Unicaja a 2 (63-65) cerrando una contra con un triple. Sólo Rudy entendió la ‘lasina’ y sumó 4 puntos consecutivos, un rebote y una asistencia a Campazzo para devolver cierta tranquilidad a su bando forzando tres tiros libres para entrar en la recta final del choque con 69-76.
El daño en todo caso ya estaba hecho. El Unicaja amenazó con 81-83 con ponerse por delante, pero Milosavljevic y Jaime fallaron dos triples y Rudy respondió anotando dos tiros desde la personal. Lo conseguiría poco después con un mate jordaniano de Shermadini y un alley oop de Milosavljevic (89-88) a 2’47” para la conclusión. El propio Gio anotó desde la personal para poner 94-93 en el electrónico, Causeur erró un triple y Dani Díez capturó el rebote. En Unicaja cantaban victoria, pero el árbitro principal, tras revisar el vídeo, decidió que hubo falta de Reyes a un segundo y dos décimas. Díez sólo metió un tiro libre y Ayón, a la media vuelta tras el saque de banda, forzó el tiempo extra.
Y en la prórroga aún quedaba por vivir lo más emocionante. Porque mandaba el Madrid, pero cometieron un gravísimo error; dejar unos segundos a Jaime para jugársela de tres. Y se la jugó. Y ganó el Unicaja un encuentro que hubieran merecido llevarse los dos pero que terminó quedándoselo el cuadro costasoleño al grito de MVP para Jaime Fernández.
Los jugadores del Unicaja celebran la victoria ante el Real Madrid || ACBPhoto/M.Pozo