Inicio Baloncesto La bomba de Kramer estalla en el último segundo (79-80)

La bomba de Kramer estalla en el último segundo (79-80)

Los de Fotis Katsikaris suman la segunda derrotca consecutiva de la semana justo cuando ya saboreaban el triunfo.

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El Unicaja cae ante el Gran Canaria 79-80 | ACB PhotoPres
El Gran Canaria se impuso en la primera vuelta | ACB PhotoPres

Una última acción casi a la desesperada y de manera suicida hizo que Gran Canaria se llevara el triunfo en el Martin Carpena. Los de Fotis Katsikaris suman la segunda derrota consecutiva de la semana justo cuando ya saboreaban el triunfo.

No fue el mejor arranque del Unicaja. Aún con las dudas de Tenerife y con la ansiedad de querer agradar y convencer a su público. Impreciso y con problemas a la hora de encontrar aro. Un parcial contundente de los isleños pusieron por delante a Gran Canaria (6-12) en los primeros minutos del choque. A partir de ahí, el Unicaja apretó en defensa. Un leve parcial acercaban a los malagueños, pero Gran Canaria controlaba la renta con mayor pausa. Khaliffa Diop seguía haciendo daño en la pintura a los malagueños. Mientras, Jaime Fernández y Axel Bouiteille eran los únicos que veían aro rival puntería en el equipo de Katsikaris. Los visitantes pisaron el acelerador y volvieron a mantener una buena renta a menos de dos minutos del final del primer cuarto con una canasta de Pustovyi que empezó a hacer daño. (13-20) A renglón seguido, un mate de Nzosa dejó la imagen para el póster y el final de cuarto (15-20) 

No mejoró el Unicaja la puesta en escena al inicio del segundo cuarto. Parcial de 0-4 por parte de Gran Canaria (15-24) y la alerta amarilla se activaba en el Carpena. A continuación vinieron buenos minutos de Tim Abromaitis con dos canastas consecutivas que hicieron encender a la afición. Pustovyi mantenía su fortaleza en la zona y hacía daño cerca del aro (19-24). Una posterior técnica a Jaime Fernández endureció el encuentro y activó otra vez a Gran Canaria que encontraba a su juego interior para seguir haciendo daño en la pintura (28-34), mientras que el Unicaja no mostraba su mejor versión. A partir de ahí, un tiempo muerto de Fotis unido a las buenas decisiones tomadas por Tim Abromaitis y Bouteille comandaron el ataque de los malagueños que se acercaron al marcador (34-36). Posteriormente, canasta de Slaughter, descanso, partido abierto y pitos al trío arbitral (34-38). 

Era de obligado cumplimiento que el Unicaja mejorara su imagen. Más garra, más acierto y mayor capacidad defensiva eran cuestiones vitales si los de los Guindos querían darle la vuelta al choque. Así fue. Pese a un arranque alterno y con intercambio de canastas, los de Fotis Katsikaris fueron mejores que su rival. Muy buenos minutos de Cole en la dirección y sobre todo dos triples de Bouteille en el cuarto le dieron la marcha extra que requería el partido. A falta de 3:20, los malagueños se pusieron por primera vez por delante (52-50) y esa oportunidad no la desaprovecharon. Diop intentaba mantener con vida a Gran Canaria (54-52), pero los malagueños seguía plenamente acertados en el juego exterior y también con buenos tramos defensivos. Fernández anotaba de tres (57-52) y dejaba tocado a los de Porfirio Fisac que acabó con técnica. El Unicaja olió la sangre y Jaime Fernández hizo daño hasta el final del cuarto (62-57).

Las tornas se habían cambiado. Ahora Gran Canaria andaba con dudas y el Unicaja pensaba que todo estaba encarrilado. Los de Fotis Katsikaris no terminaban de romper el partido y los visitantes aprovechaban el pequeño oxígeno que les quedaba en el parqué. Aferrados a Slaughter seguían generado mucho daño desde el exterior. En el Unicaja respondía un Jaime Fernández que despertaba y anotaba con facilidad, pero había aún mucha tela por cortar. Tanto es así que a falta de 3:22, Gran Canaria igualaba el marcador. (73-73) y el partido en un puño. En el alambre. Miedos, dudas y malas decisiones finales hicieron que al Unicaja le temblaran las piernas. Y el aro fuera minúsculo. Cuando ya tenía la victoria en el bolsillo, cuando la afición lo festejaba llegó el estallido. Justo en la última acción, justo sobre la bocina. Kramer lanzó la bomba que explotó y dejó enmudecido al Carpena. Cole no estuvo lo suficiente duro que requería la acción y Gran Canaria vuelve a casa con un triunfo. Algo que no sucedía cuando visitaban Málaga desde hace más de una década.

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