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@SuarezRMarca | Los milagros existen, pero no para el Unicaja. En Estambul, donde el Fenerbahçe lleva un año entero sin perder, los debilitados malagueños apenas pudieron plantar cara unos minutos en la primera parte. Sin Hendrix, sin Smith y sin Markovic, el equipo se quedó sin rotación y sin opciones ante un cuadro turco que está hecho por y para ganar la Euroliga. Así lo demuestran sus números, con 7 victorias en los 7 encuentros del Top16.
Quería Plaza competir, sabiendo de la dificultad que tendría en el Ulker Arena. Por dentro, Vessely demostraba su enorme potencial, por altura y por calidad, ante los bajitos pivots cajistas. Ni Vázquez ni Thomas podrían con el checo en defensa. En ataque era DeMarcus Nelson el que mantenía a los suyos a corta distancia con sus dos triples sin fallo. Incluso Kuzminskas despertó de su letargo en el choque con un triplazo sobre la bocina para dejar el primer cuarto en un apretado 16-15.
Sin embargo, en los siguientes diez minutos, la defensa del Unicaja empezó a hacer aguas con las rotaciones y los de Obradovic se sintieron como peces, tirando desde el perímetro cada vez más y mejor. El 25-13 del parcial ya lo dice todo sobre lo sentenciado que se quedó el encuentro antes de llegar al descanso (41-28).
Tras el paso por vestuarios hubo una tímida reacción malagueña, pero nada que los locales, animados por su afición, no pudieran frenar. También ganaron ese tercer parcial como hicieron con el último, donde a cada punto anotado por el Unicaja con sudor y lágrimas le correspondían los de Estambul con tiros cómodos y sin mucho esfuerzo. El 55 % de triples (11/20) habla muy bien de los Bogdanovic y Datome -máximo anotador del choque con 13 puntos-, y del resto también. Hasta cinco jugadores estuvieron con dobles dígitos en anotación. En el bando contrario, sólo Nelson con 11 puntos -2 en la segunda mitad- se puede comparar, aunque el 6/26 en triples del Unicaja habla muy mal de su sistema ofensivo.
Al final, quinta derrota del Unicaja, tercera consecutiva, en un Top16 cada vez más complicado.
Alberto Díaz