@SuarezRMarca | No se ve el fondo del pozo, que es lo peor, por lo que la caída aún puede ser mayor para un Unicaja que no levanta cabeza, que da vergüenza ajena y que en tres días se ha dejado la cuarta plaza, y lo que ello conlleva de cara al playoff, en el camino. O mejor dicho, en Valencia, donde los taronja se han empeñado en amargarle la existencia a los de Luis Casimiro. Claro que tampoco es que los rivales tengan que esforzarse demasiado. Basta con asustarles para que no carguen el rebote ofensivo y en aprovechar su endeblez y lentitud en las ayudas para aniquilarles desde la línea de tres.
Así se desarrolló un primer cuarto donde Sastre y Will Thomas camparon a sus anchas y se inflaron a meter triples. El ex del Unicaja aprovechó dos de ellos en el último minuto para pasar de un prometedor 19-16 a un 25-16 con el que rompió el encuentro. Ya antes habían avisado con la escapada (19-10 a 2’39”) aunque tres tiros libres de Salin y un tiro exterior de Wacynzski anularon el intento. Lo más cerca que estuvieron los malagueños en el marcador fue con el 2-2 inicial.
En el segundo acto no fueron mejor las cosas. El rebote seguía siendo propiedad exclusiva de los locales. Seis puntos consecutivos de Tobey en la pintura condujeron a los suyos por encima de la decena (31-20 a 6’35” para el descanso). Pero si Wacysnki anotaba un triple, ahí estaban Mike Thomas o Van Rossom o Dubljevic… o hasta la mascota, para demostrar cómo debe actuar un aspirante a todo. En apenas tres minutos, el Valencia le metió un 12-0 para dominar de 20 puntos. Un nuevo triple de Will Thomas llevó el choque al descanso con un definitorio 48-27.
21 rebotes contra 9, 15 asistencias contra 6, 62 de valoración contra 23… no hace falta decir más. Salvo que tras el paso por vestuarios salió Okouo a cancha. Así de desesperado estaba Casimiro con los suyos que le dio la oportunidad a quien se la ha negado toda la temporada incluso en partidos intrascendentes. El pívot lo agradeció estrenando el marcador en la segunda parte, pero luego hizo lo que pudo. Y la diferencia, por momentos, incluso llegó a subir a 22 tras un tiro libre de San Emeterio (60-38 a 4’22”). A cada intento del Unicaja respondían los de Ponsarnau redoblando sus esfuerzos. Así se llegó al final del tercer cuarto, tras un mate de Tobey, con 24 abajo para los malagueños (67-43).
Aunque fuera por decencia o para maquillar el resultado, era de esperar una reacción costasoleña. Nada más lejos de la realidad. En dos minutos, 10-0 (77-43) y 34 puntos abajo. ¡34! Alberto Díaz le puso un poco de orgullo, pero enfrente estaba el campeón de la Eurocup, futuro equipo de Euroliga, con Dubljevic gustándose con triples y mates (93-50 a 1’30”). “No le golpees más que ya está muerto, podría decir el más piadoso”. Al final, el cadáver del Unicaja se quedó en un 96-57 vergonzoso y humillante. ¿Hasta cuándo hay que aguantar que arrastren la camiseta y manchen la imagen del patrocinador y dueño de la entidad de Los Guindos?