Ridículo, desastre, fracaso: el Unicaja, fuera de la Eurocup

Los malagueños no conocen la victoria en 2021 y acumulan 9 derrotas seguidas

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Unicaja eliminado Eurocup

Ya lo han conseguido. El Unicaja está eliminado de la Eurocup después de haber perdido en Nanterre su cuarto partido consecutivo en el Top16. Ya son 9 derrotas seguidas y 13 en los últimos 14 partidos. No sabe lo que es ganar en 2021. Ni con la llegada de Katsikaris se ha cambiado una tendencia que ya roza el ridículo más espantoso de su historia. Como el meme de «no le peguen más que ya está muerto», pues así está la directiva de este club, negándose hasta ahora a gastar dinero en refuerzos. 

El primer cuarto fue un desastre para los malagueños. Salvo la ventaja tras el salto inicial, el dominador absoluto fue el cuadro galo. A pesar de sus pésimos porcentajes de tiro, su abuso en el rebote ofensivo -hasta 6 capturas en los primeros 4 minutos- fue clave para acumular sus primeras ventajas. Kaba, con 7 puntos y 7 rebotes, y Warren, con 9, ridiculizaron en esos momentos a una defensa que seguía sin dar señales de vida. Y qué decir del ataque, de todo menos fluido. Guerrero fue el ejemplo de la frustración con tres acciones consecutivas erradas debajo del aro. El 26-13 era más que merecido. 

Peor no se podía hacer. Y cuando las cosas no salen, es el orgullo el que tiene que relucir. Apareció. Después de un triple de Berhanemeskel que puso la máxima renta para el Nanterre (29-15), llegó la reacción. Nzosa, el chaval de 17 años, fue clave. Como Abromaitis. Su presencia en la zona liberó a los exteriores y los triples comenzaron a entrar uno tras otro. Bouteille, Alonso, Fernández y el propio Abromaitis afinaron su punto de mira de tal modo que sellaron un 1-18 con el que le dieron la vuelta al electrónico (30-33). Y no contentos con ello, tras la tímida reacción de los pupilos de Donnadieu, llegaron al descanso con un 0-7 que aumentó la ventaja, 36-42. 

La vuelta a cancha, visto lo anterior, no fue como se esperaba. Los terceros cuartos parecen una maldición hoy en día. La primera pájara verde duró tres minutos y acabó cuando Bouteille anotó un triple sobre la bocina de posesión (44-45). Pero luego hubo más, yendo a tirones, lo habitual cuando uno ya no va con la cadencia adecuada. Warren continuó su ritmo de anotación y el reingreso de Kaba terminó de complicar las cosas. Un robo de Brizuela -sus primeros puntos- en la última acción del acto permitió a los suyos entrar en la recta final igualados a 57. 

Ya no había margen de error. Alguien tenía que tomar la responsabilidad, hacerse más alto, más fuerte. Ese fue Nzosa. Su potencial no alcanza a simple vista, pero su talento sí lo buscaron sus compañeros con insistencia. La agresividad en defensa también sumó enteros… y recuperaciones, claro. El 59-66 pintaba bien. Pero la fragilidad, la inconsistencia, la poca fe, el miedo a ganar, salió a relucir en el peor momento. Cordinier reclamó galones y Kaba (21 puntos y 15 rebotes) puso el músculo en la zona para anular el efecto Nzosa y aniquilar a un equipo que está muerto y al que, aun así, su propia directiva, negándose a reforzarlo, le sigue pegando golpe tras golpe. Déjenlo ya, que el Unicaja ya está eliminado de la Eurocup.

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